El combo sequía, quema de cañaverales y de pastizales provocó condiciones en extremo molestas para respirar y no aptas para alérgicos. Esto se observa, sobre todo, en la ruta nacional 38, en donde se encuentran numerosas plantaciones de caña de azúcar, prevalecen los incendios y hay mucho polvo en suspensión.
A esto se suma el estado de alerta que emitió ayer la Dirección Provincial de Defensa Civil que determinó cinco lugares de alto riesgo, porque se podrían producir incendios:
- Zona del aeropuerto internacional Benjamín Matienzo (Alderetes)
- El Timbó Nuevo (este tucumano)
- Benjamín Paz (norte tucumano)
- El Pinar de los Ciervos (Tafí del Valle)
- Santa Ana (sureste tucumano)
En diálogo con LA GACETA, Juan Bertolini, jefe de los bomberos voluntarios de Alderetes, indicó que la quema de cañaverales ocurre a diario en la provincia. "Actuamos al menos dos veces por día. Este último martes 20 sofocamos incendios a la vera de las rutas provinciales 301, 340 y de la autopista. Las llamas comienzan en los campos y de ahí pasan a los pastizales, lo que forma verdaderas 'nubes' grises que impiden ver bien en las rutas", sostuvo.
Prohibido por ley
La práctica de incendiar cañaverales es delictiva y es reprimida por la ley 6.253 que en su artículo 38, prescribe la prohibición de la quema de caña como método auxiliar de la cosecha. En enero de 2007, la norma fue modificada por la ley 7.459, por la cual los ingenios están impedidos de recibir caña quemada.
Sin embargo, los infractores le han encontrado la vuelta para eludirla. Según se consigna en el Panorama Tucumano del 5/9, los productores efectúan una denuncia policial de que autores anónimos les quemaron el campo y así el ingenio permite que entre la caña quemada. Hasta que la Justicia se expida pueden transcurrir años.