Andrés Oppenheimer / Periodista de CNN

“Estamos en un mundo en el cual el producto del trabajo mental vale cada vez más y el producto del trabajo manual vale cada vez menos”. Así lo indicó el periodista y escritor Andrés Oppenheimer durante la conferencia que presentó en Palermo.

“En Miami compré una camisa confeccionada en Perú. El fabricante recibe un 8% del valor final de esa prenda. Esto lo vemos en muchos otros sectores. Uber, que no tiene un solo auto, tiene un valor de mercado superior a General Motors, que produce 10 millones de vehículos por año. Google tiene un valor superior a todo el mercado bursátil de Rusia”, explicó.

“¿Qué pasa con las empresas que no inventan nuevos productos o procesos? Les va a suceder lo que ocurrió con Kodak, que pasó de ser la compañía más emblemática de fotografía, con 140.000 empleados, a declararse en quiebra. Blockbuster estaba en todos lados (con 60.000 empleados) y se fue a la quiebra desplazado por Netflix, que tenía 30 empleados”, añadió.

“¿Cómo estamos en América latina? “No muy bien”, aseguró Oppenheimer. “Nuestros científicos triunfan afuera. Tenemos enormes talentos individuales, pero a nivel nacional estamos mal. En 2015, EEUU registró 159.000 patentes, Corea del Sur 18.000 y Alemania 17.500. Pero Argentina sólo 81 patentes. América latina, en conjunto, registró apenas 1.200”.

Oppenheimer dijo que es necesario implementar pautas para transformar la creatividad en innovación productiva. La primera clave es reconocer que se tiene un problema. “Cuando lo entrevisté a Bill Gates le pregunté qué es lo que hace que algunos países sean más innovadores que otros y me dijo ‘la humildad’. Los países que más innovan y avanzan son los paranoicos que piensan que los demás lo están haciendo mejor que ellos y por eso se ponen las pilas”. “EEUU estaba obsesionado con que los rusos les estaban ganado. Luego los japoneses y ahora los chinos. Tiene paranoia constructiva”, remarcó.

El segundo aspecto consiste en crear una cultura de la educación. “Los gobiernos no van a cambiar el sistema educativo si no hay presión”. “En Brasil se juntaron los mayores 50 empresarios para crear una ONG, ‘Todos por Brasil’, que armó un plan de educación a veinte años. Y comenzaron con una campaña mediática que logró instalar el problema en la agenda política, hasta que el Gobierno adoptó el nuevo sistema”, explicó.

El tercer punto es generar una cultura de veneración de los innovadores. “Los chicos de Silicon Valley quieren ser como Mark Zuckerberg (el creador de Facebook), mientras que aquí quieren ser como (el futbolista Lionel) Messi. No vamos a tener innovadores si no los glorificamos”.

La cuarta clave plantea fomentar una cultura de respeto al fracaso. “No hay innovación que no sea el final de varios fracasos. En Silicon Valley todos hablan de sus fracasos, pero nosotros crucificamos a los que fracasan”, concluyó.