BUENOS AIRES.- Los 10 meses de gestión en materia económica muestran claros resultados en el plano financiero y menor contundencia en el de la consistencia macroeconómica. Así lo señala el economista Francisco Prack, quien aseguró que no hay una frontera definida entre un plano y el otro, pero es notorio que la apuesta del primer año fue recostarse sobre la deuda y mejorar las condiciones de acceso para amortiguar el ajuste. “Por el lado financiero se sucedieron la liberación del cepo cambiario, que restableció el flujo de capitales; el pago a los holdouts, que reabrió el mercado de crédito; las sucesivas colocaciones a tasas decrecientes, tanto en dólares como en pesos (nominales, con ajuste por inflación y otros), que fueron generando curvas de referencia y dotando al mercado de más instrumentos para invertir, y también para evaluar la performance económica”, reveló.
También el Banco Central, dijo, fue señalando el desmantelamiento del financiamiento con emisión al Tesoro y, ambos, fueron coordinando sus emisiones en el mercado de modo que la entidad monetaria coloca a corto plazo y el Tesoro a mediano y largo. “Adicionalmente se fueron implementando algunas políticas de administración de pasivos que incluyeron recompras de bonos y cupones ligados al PBI por parte del Tesoro, y el Banco Central irá hacia operaciones de mercado abierto dentro de un esquema de metas de inflación”, agregó.
El déficit
Por el lado macroeconómico las intenciones eran mayores que las posibilidades, y no tardó mucho en relajarse el objetivo de reducción del déficit. “No hace falta ahondar en la historia para decir que inequívocamente la génesis de los descalabros económicos han tenido como epicentro los déficits fiscales recurrentes”, dijo. Y concluyó: “Desde hace años monitoreamos muy de cerca el mercado de bonos y nuestros modelos cuantitativos nos muestran que el mercado opera con inflación esperada implícita del 14%”. (Télam)