Jorge Neri - DyN
La FIFA tocó el nervio sensible de la pasión y duele, altera, mortifica, indigna, se superponen argumentos, pero también se esquivan realidades: que si el insulto es una falta grave en la ley escrita del fútbol internacional Lionel Messi la cometió y recibió la sanción.
Suena lógico que los futbolistas, cuerpo técnico, dirigentes estén molestos por los tiempos en que el tribunal de la FIFA definió el fallo, que las cuatro fechas de suspensión asoman como una desmesura para un futbolista que no tiene antecedentes violentos ni disciplinarios y en cambio suele recibir más golpes que el resto.
Otra vez la dirigencia de la AFA quedó mal parada. En el descargo negó lo innegable, ni siquiera atinó a recurrir a un pedido de clemencia o destacar la limpieza del prontuario de Messi.
El presidente de la Comisión Normalizadora de la AFA, Armando Pérez, consideró exagerada la pena pero admitió que no conoce el reglamento (??). El secretario de Selecciones, Jorge Miadosqui, dijo que recurriendo al video se marca una “jurisprudencia” sin detenerse que en el propio fallo del tribunal de FIFA sostiene que la resolución responde a “jurisprudencia” que ha “aplicado en casos análogos”.
Habían pasado ya más de dos horas del fallo y el flamante presidente de la Comisión de Selecciones, Marcelo Tinelli, se había limitado a retuitear un mensaje de Armando Pérez y dos frases de Miadosqui.
En tanto, el inminente presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, a menos de dos días de asumir el cargo, y en medio de la incertidumbre del fallo, distribuyó una foto por Twitter en la que se lo ve cortándose el pelo.
En la misma Asamblea que ungirá a Tapia y la nueva comisión, será modificado el artículo 87 del nuevo estatuto de la AFA tras advertencias llegadas desde Zurich.
Bien podrían haber cumplido ese paso en el cónclave del 24 de febrero pero muchos dirigentes optaron por salir a desafiar a la FIFA, negándose a la exigencia de someter a los candidatos a un Comité de Ética de la Conmebol.