BUENOS AIRES.- Las dos CTA, que lideran Hugo Yasky y Pablo Micheli, ratificaron ayer su intención de avanzar en la unidad y coincidieron en su acercamiento a la CGT, al llamar a adherir al paro general de la central sindical mayoritaria, que tendrá lugar el 6 de abril.
Ambas centrales marcharon a Plaza de Mayo bajo la consigna “Por el trabajo, la educación y paritarias libres: basta de ajuste y despidos”.
Para reafirmar el alineamiento con la CGT, respecto del paro, Micheli afirmó desde el palco que el 6 de abril debe haber “un paro contundente”, y señaló que después de esa medida de fuerza “se debe continuar la lucha hasta derrotar al modelo neoliberal”.
Por su parte, Yasky sostuvo que este marzo “pasó a la historia porque fue la expresión de que el pueblo argentino está de pie”, y también llamó a parar el 6 de abril.
A su vez, el secretario de interior de la CGT, Francisco “Barba” Gutiérrez, aseguró que el paro será “el inicio de un plan de lucha hasta la victoria del pueblo argentino”, y dijo: “quien desestabiliza la democracia es esta política económica”.
En ese marco, organizaciones sindicales, políticas y sociales marcaron su presencia en el acto, entre ellas ATE y los docentes de Suteba, quienes presentaron las columnas sindicales más numerosas.
También se sumaron las organizaciones piqueteras como Barrios de Pie; la Corriente Clasista y Combativa; la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular; cooperativistas; el Frente por la Dignidad y el Trabajo y la Tupac Amaru de Milagro Sala.
Estuvieron además militantes de La Cámpora; el Partido Miles, de Luis D’Elia; el Movimiento Socialista de los Trabajadores, y Nuevo Encuentro.
El rasgo distintivo es que las dos CTA -en otra época enfrentadas- marcharon juntas con sus pancartas, con Micheli y Yasky, a la cabeza de la columna. Los oradores tuvieron discursos similares articulados por las mismas ideas, para de darle un mensaje contundente al Ejecutivo: la continuidad de las marchas con la advertencia de profundizarlas después de que se concrete el paro de la CGT; la defensa de la democracia y el apoyo para que el gobierno de Cambiemos finalice su mandato; y el rechazo a las denuncias de desestabilización. El primero en hablar fue Micheli, quien afirmó: “los trabajadores no queremos desestabilizar a nadie”, y remarcó que “el pueblo que no está en la calle no tiene destino”. “Somos hijos de los que estuvieron el 30 de marzo de 1982”, dijo, al rendir homenaje a Saúl Ubaldini quien en esa fecha movilizó a la CGT-Brasil contra la dictadura militar.
También tuvo palabras de homenaje para el joven muerto durante la mañana en la localidad santafesina de San Lorenzo, durante un piquete de la CGT local, cuando un camión lo arrolló.
Por otra parte, marcó cierta diferencia con el gobierno kirchnerista, al decir: “los trabajadores siempre vamos a estar en la calle, antes, ahora y después, incluso si viene un gobierno nacional y popular por las dudas que no quiera respetar los derechos del pueblo”.
El metalúrgico “Barba” Gutiérrez también se refirió a Ubaldini y dirigiéndose al presidente Mauricio Macri señaló: “No se equivoque, no venimos a desestabilizar, reclamamos un cambio de este modelo de ajuste y desocupación”.
El acto lo cerró Yasky, quien expresó: “A veces nos preguntan si nos une el espanto. Respondemos que nos unen las mismas convicciones con la CTA de Micheli, con la CGT del Barba, que es la unidad del movimiento obrero”.
En ese sentido, recordó que siempre existieron divisiones en las centrales sindicales como “la CGT de Ubaldini, que marchó contra la dictadura el 30 de marzo, y la CGT de Jorge Triaca (padre)”.
“Vamos a hacer la unidad con todos los que se comprometen con la clase trabajadora”, planteó, y en referencia al actual gobierno, destacó: “Queremos que siga su mandato hasta el último día, pero no vamos a firmarle ningún cheque en blanco. Basta de ajuste y de hambre”.
De la marcha participaron también los profesores nucleados en la Conadu, las Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora y la Asociación Madres de Plaza de Mayo que lidera Hebe de Bonafini. .
Poco antes de que se iniciara la ronda de oradores, se leyó una carta de adhesión enviada por Milagro Sala enviada desde la cárcel de Alto Comedero, en Jujuy, donde permanece detenida desde hace más de un año. (Télam-DyN)