Los imputados de la megacausa tuvieron ayer la oportunidad de hablar por última vez antes de la sentencia frente al Tribunal. Todos dijeron ser inocentes y agradecieron el trabajo de los defensores. Primero hablaron los sospechosos que siguen el debate desde Buenos Aires. El ex militar Jorge Lazarte fue el que más se extendió, cuestionó a la Fiscalía y afirmó que había “distorsionado la verdad histórica” en base a la carencia de objetividad y al “fanatismo militante”. Apuntó también a los testigos y dijo que tenían “dudosa credibilidad” y que habían incurrido en contradicciones.
Enrique del Pino, también ex miembro del Ejército, afirmó que fue uno de los “jóvenes arrastrados a esta lucha entre hermanos”. “Nos hicieron creer nuestros mandos, el Gobierno y la sociedad que éramos los salvadores de la patria. Nadie cuestionó los decretos que ordenaron aniquilar a las fuerzas subversivas. Lamento las tragedias, las víctimas injustas, muertas y desaparecidas en esta confrontación”, expresó.
Jorge Capitán, ex militar, subrayó su ausencia en los hechos. Aseguró que la Fiscalía lo acusa de organizar el centro clandestino de La Escuelita: “nunca estuve en Famaillá”. Aseguró que cumplía tareas educativas y no operativas.
Néstor Castelli, de la misma fuerza, expresó que estuvo a cargo de la Jefatura de Policía y negó que se tratara de un centro clandestino. “Traté de morigerar el padecimiento de los detenidos y paliar el sufrimiento humano. Tampoco se secuestraba; se actuaba según las leyes”, aseguró. El ex militar y ex Fiscal de Estado Roberto Abba consideró que no había pruebas en su contra. Cuestionó a los fiscales y los acusó de “vengativos”.
Pedro López aseguró que cumplió ordenes y afirmó que es soldado de la patria y veterano de Malvinas. “Hemos vivido la dolorosa guerra y ahora estamos presos por cumplir con nuestro juramento de defender la patria. Lo peor de la guerra no es perderla, sino sentirse abandonado y traicionado por los responsables de la conducción política y militar”, dijo. Consideró que se vivió un conflicto “irrazonable”. Omar Parada aseguró que no pediría misericordia, sino que se analice “la verdad histórica” por encima de otra. Se quebró y afirmó que “salvaron” a la patria “como creíamos que debíamos hacerlo”. Camilo Orce, ex policía, subrayó que siempre estuvo a disposición de la Justicia y agradeció a su hija Nadia por ser su abogada y al Tribunal “permitir demostrar su inocencia”.
“Fuimos convocados por Adel Vilas para la lucha contra la subversión. El único que estuvo fui yo, escucho a uno y otro y nadie dice la verdad. Sucedió otra cosa ahí, murió gente, morían soldadidos y oficiales. La función mía era de inteligencia geográfica. Dicen ‘Moreno es entregador’, ‘Moreno trabajaba la información’, es otra cosa”, disparó Miguel Ángel Moreno.
Dijo que los “padres de los guerrilleros son los responsables de lo sucedido, por la crianza, y ahora está sucediendo lo mismo porque la señora ex Presidenta está volviendo a lo mismo. Los han mandado a los hijos al monte (sic)”, afirmó mirando a los fiscales. “Fui a un lugar donde actuaba el ERP, unos atorrantes. Nunca me gustó los procedimientos en las casas, donde se veía llorar a las criaturas”, expresó.