En la previa del partido de Argentina ante Ecuador apareció un personaje controvertido: el brujo Manuel. Este hombre, nacido en Tucumán, lo llevaron para "limpiar la mala onda" de la Selección Argentina. ¿Quién es en realidad?
A Manuel Valdez, tal su nombre, lo recomendó Juan Sebastián Verón. La Brujita lo conoce desde 2009 cuando el vidente, como prefiere que lo identifiquen, llegó a Estudiantes momento en que Alberto Marcelo Monasterio, el hombre que obraba de ayuda espiritual del Pincha hasta entonces, cayó enfermo de gravedad.
Los primeros indicios de la buena energía del Brujo Manuel, nacido en octubre de 1960 en Tucumán, se confirmaron cuando los de La Plata ganaron la Copa Libertadores. Los acompañó a todos lados y luego, incluso, viajó con ellos para la disputa del Mundial de Clubes que los de Alejandro Sabella estuvieron a minutos de ganar ante el Barcelona de Lionel Messi.
Según reproduce el portal Infobae, el Brujo Manuel, como se conoce al vidente en todo el radio de La Plata, se ganó el respeto de la mayoría, incluso de aquellos que descreen de su trabajo. Fue entonces que ante el desconcierto de la Selección en su camio al Mundial de Rusia y, más aún, de la supuesta mala energía que vibraba en su alrededor Verón decidió, desde el puesto de Director de los Seleccionados Juveniles de AFA que ocupa desde abril pasado, recomendárselo a Claudio Chiqui Tapia, quien al entender que por los caminos convencionales Rusia se alejaba, decidió invitarlo a Quito.
El procedimiento fue el siguiente: con la anuencia del presidente del organismo del fútbol argentino, Verón le pidió a Claudio Gugnali y a Julián Camino, glorias de Estudiantes que trabajan en el club, que fueran en busca de Valdez y lo escoltaran hasta Ezeiza, donde el lunes tomó un avión que lo trasladó hasta Quito.
Una vez allí recorrió el estadio Atahualpa donde anoche la Selección jugó con Ecuador, ganó en ese complejo terreno y se clasificó a Rusia 2018 luego de un sufrimiento de magnitudes. Manuel caminó por el campo de juego y sus alrededores cuando faltaban tres horas para el comienzo del partido. Lo hizo junto a un colaborador de la selección porque, para entonces, su presencia ya había sido validada hasta por el mismísimo Jorge Sampaoli.
"Manuel de Gorina es un brujo. Pero él no hace hechizos ni pócimas milagrosas, él cura", dijo una vecina de la casa donde Valdez atiende mas no vive. Su casa, el lugar donde pernocta, es prácticamente desconocido. Una joven de 26 años contó que hace seis años lo visita. A ella le preguntaron: ¿Y te ayuda? A lo que respondió: "¿Qué te parece? Me voy de acá con un alivio… A veces me hace llorar".