Valorar el resultado, esa debe ser la premisa de San Martín, que tiene mucho por mejorar pero que ayer, ante Los Andes, pudo al menos liberarse de un maleficio como era no poder ganar en La Ciudadela. Cantó victoria el “Santo”, fue por la mínima, aunque la diferencia pudo haber sido mayor si Claudio Bieler no desperdiciaba tres de las cuarto chances que dispuso.
El debut de Damián Arce fue de mayor a menor
Pero “Taca” metió la cuarta y con eso fue suficiente para San Martín, un alumno con asignaturas pendientes. La principal, la contundencia. En ambos tiempos, en sus inicios San Martín fue arrollador. Solo en los comienzos, claro, porque después deambuló ante la falta de una cabeza pensante que comulgue el mismo fútbol que Juan Galeno, el dueño del pase filtrado, de la sorpresa. Walter Busse era intención y a su vez desatención. Lo que intentaba le salía mal. Bieler no rendía y el refuerzo Damián Arce parecía perdido en una idea que no había captado. Ni hablar de "Pampu" González. Apagado y fuera de servicio.
Lo bueno del 0-0 era que el dueño de casa no había sufrido en su arco, acaso por el buen andar de los centrales y del coraje de Rolando Serrano para marcar y también para ser una salida constante en ataque. A todo esto, Los Andes era el actor de reparto con mejor ubicación en la cancha. Vio desde adentro un partido que pudo complicar pese a no jugar al fútbol. Siempre esperó por una contra que casi nunca llegó.
Primera prueba superada para el "Santo"
Todo lo entonado que había arrancado San Martín en el segundo tiempo casi se va al tacho. Bieler volvía a fallar y Los Andes se topaba con un regalo del cielo: rechazo corto de cabeza de Acevedo y doble oportunidad de gol de la visita. Ignacio Arce se lució ante Ezequiel Cérica y luego ante Junior Mendieta. Fue un respiro para todos en La Ciudadela.
En La Ciudadela, los hinchas reconocieron al héroe del río Colorado
El baño de paz llegó cuando Forestello movió el banco. Matías García, primero, y Gonzalo Rodríguez después, fueron algo así como la válvula de escape. Otro ritmo, otra velocidad. Todo eso puesto en marcha antes, durante y después de que Galeano dejara solo a Bieler, y que “Taca” no fallara, para darle el triunfo a San Martín.