La vida del corazón depende del suministro de oxígeno que recibe por medio de las arterias. Si por algún motivo los conductos se bloquean, las células musculares del órgano comienzan a morir rápidamente. Con la tecnología y el avance de la ciencia, una nueva opción está surgiendo: el parche de corazón. Esta podría ser la solución que le alargaría la vida a aquellos que han sufrido algún tipo de ataque cardíaco.
En una hora pueden perderse más de 1.000 millones de células de manera irreversible provocando en la persona una insuficiencia cardíaca que lo acompañará de por vida. Según le dijo a la BBC el especialista británico Sanjay Sinha, el 50% de la gente que tuvo un ataque no vive más de cinco años después del evento.
“El corazón se debilita ya que no puede mantener un flujo sanguíneo suficiente y se termina deteniendo por completo”, explicó.
El corazón tiene una capacidad limitada de autocuración, lo que no le permite reparar daños significativos. Actualmente la única solución médica es el trasplante de corazón pero un inconveniente surge para quienes lo necesitan: la falta de donantes.
"Es un grupo muy pequeño de personas las que muere en accidentes de tráfico o por lesiones en la cabeza, y cuyo corazón todavía es fuerte y se puede utilizar para un trasplante", comentó el cardiólogo.
La inyección de células madre apareció como una alternativa para la problemática de falta de donantes. Con la aplicación de ellas directamente al órgano, los científicos intentaron fortalecer los músculos de los corazones dañados pero se dieron cuenta que el beneficio es mínimo si el objetivo es recuperar el músculo cardíaco perdido.
Es por ello que Sinha, junto a un grupo de biólogos del Instituto de Células Madre de la Universidad de Cambridge, está trabajando en una idea un tanto diferente: los parches cardíacos.
Qué son
Se trata de pequeños fragmentos de musculo cardíaco que se forman tomando células sanguíneas y reprogamándolas en un tipo de células madre que se puede convertir en tejido del cuerpo humano. En el caso del corazón, pueden transformarse en células del musculo cardiaco, de los vasos sanguíneos o del epicardio.
Los parches se fabrican en el laboratorio en un mes y miden menos de 2,5 centímetros cuadrados y medio centímetro de espesor.
"Creemos que estos parches tendrán muchas más posibilidades de ser asimilados de manera natural en el corazón de un paciente, ya que estamos creando tejido completamente funcional que late y se contrae combinando todos estos tipos de células diferentes que se comunican entre sí", expresó Sinha.
El invento aún no se probó. Actualmente se medirá la asimilación primero en ratones y luego en cerdos. Si sale como lo esperan lo científicos, en cinco años podrá hacerse la primera prueba en humanos.
Actualmente, Sinha está preparando la experimentación de los parches. Primero será en ratones y después en cerdos. Si todo va según lo previsto, en cinco años se podría llevar a cabo la primera prueba en seres humanos.