Por primera vez en siete ediciones, Los Pumas llegan al cierre de un Rugby Championship con la posibilidad de archivar una foja equilibrada entre victorias y derrotas. Hasta ahora, el saldo final siempre fue tan negativo como se esperaba que lo fuera en un cuadrangular anual con tres de los mejores seleccionados del mundo, pero de a poco la brecha entre Argentina y sus maestros se va haciendo cada vez más angosta. Donde con mayor claridad se advierte esto no es en las estadísticas finas, desconocidas para el espectador promedio, sino en algo menos tangible pero igualmente concreto: en la expectativa. Si hubiera un mecanismo que permitiera traducirla a números, sin dudas arrojaría cifras superiores a las de los primeros años en el Championship. Si antes Los Pumas llevaban claramente las de perder ante cualquiera de los tres gigantes del Hemisferio Sur, hoy cada previa de partido transcurre en un clima de confianza en la posibilidad de ganar. Incluso hasta cuando el rival es Nueva Zelanda, el mejor equipo del mundo.
“Es algo que no podemos controlar. Es cierto que somos un equipo más maduro, pero tratamos de pensar sólo en lo que debemos hacer, en estar comprometidos al 100% y no en lo que la gente espera de nosotros”, sostiene el capitán Agustín Creevy, al cabo de una práctica distendida en el estadio “Padre Martearena”.
“Está buenísimo que se genere esa expectiva”, opina por su parte Mario Ledesma, aunque reconoce que al equipo todavía le falta transformar esa presión en un combustible. Por lo pronto, el head coach de Los Pumas considera que la caída ante los All Blacks en Vélez puede ser una oportuna lección de cara a la revancha con Australia, hoy a las 19.40 en Salta (transmite ESPN 2). “Por ahí nos compramos espejitos de colores y nos salimos de foco. Fue una semana de mucho aprendizaje”, admite “Bocha”, consciente de que no por haber vencido a Australia en Gold Coast, Los Pumas llegan como favoritos al duelo de hoy. El seleccionado oceánico viene dispuesto a devolver el golpe y a evitar que la tabla final los encuentre en el último puesto, algo que podría costarle el puesto al ya cuestionado entrenador Michael Cheika.
“Puede ser que Australia llegue con cierta presión. De lo que estoy seguro es que a Michael este tipo de situaciones le encantan. Cuando la cosa viene fácil, se aburre”, asegura Ledesma, que lo conoce como pocos gracias a los años que compartieron en el staff de los Wallabies y de Waratahs.
El regreso de Ben Foley como apertura es toda una declaración de intenciones por parte de Australia. “Hubiese preferido que jueguen con (Kurtley) Beale. A ellos les encanta jugar con estructura y Beale no la respeta mucho. Foley es un ‘10’ clásico, que juega muy frontal y que se complementa bien con (Will) Genia. Vamos a ver una Australia más parecida a la que yo mejor conozco, pero también más peligrosa. La cuestión será que no se le alineen los planetas, y eso va a depender mucho de lo que hagamos nosotros”, anticipa Ledesma.