La historia de vida de Facundo Cruz es similar a la de cualquier chico que tiene un don natural para practicar deportes. No importa la disciplina. Siempre se destaca. A los 20 años, “Pato”, como lo conocen sus amigos, cumplió un sueño que hace algunos años parecía imposible: consagrarse campeón con Social Monteros, cuando jugaba al voley, y con Ñuñorco, en su etapa de futbolista. Dos clubes históricos de Monteros.
A los siete años dejó su Concepción natal para radicarse en el barrio Santa Rita de Monteros junto con su madre Estela, su abuela Rosa y sus hermanos Santiago (26) y Virginia (25). A los nueve años comenzó a jugar en las divisiones formativas de Ñuñorco pero un amigo desvió su atención hacia el voley. Tres años después empezará a jugar al voley en Social Monteros y rápidamente se ganó un lugar en el plantel que se consagró campeón tucumano. “Fue algo hermoso haber podido conseguir ese título con el equipo de mi ciudad a los 14 años. En la final vencimos a Instituto Carlos Pellegrini. Fue mi primer éxito en el deporte”, señaló Facundo.
A pesar que ya empezaba a trascender en el voley y tenía la posibilidad de consolidarse en el equipo, se dio cuenta de que la pasión por el fútbol todavía estaba vigente. Por eso tomó una decisión: volver a su primer amor.
“Cuando Ñuñorco estaba haciendo la pretemporada fui al club y hablé con Jorge Raúl Salas, que en ese momento era el entrenador. En la charla que mantuve con él le señalé mi deseo de volver a jugar al fútbol, porque es mi pasión. Me entendió y me dio la bienvenida”, aseveró quien está de novio con Jacinta, una monteriza que estuvo el domingo en Central Norte para alentarlo.
Desde ese momento, el fútbol pasó a ser su prioridad. “Sabía que tenía que dejar de jugar al voley en forma oficial y dedicar todo todo mi esfuerzo a Ñuñorco. Incluso, al menos este año, relegué mis estudios de profesorado de Educación Física para ponerle todas las pilas a este desafío”, expresó.
Cruz dice que este título liguista con el “Tigre”, por el amor que tiene por el fútbol y porque lo consiguió en el club que lo albergó desde pibe, lo movilizó más que el que logró con Social Monteros. “Los sentimientos que me despiertan uno y otro deporte son completamente diferentes. Allí está la clave”, señaló el sobrino nieto de Roberto Cruz, el ex dirigente cuyo nombre llevó el torneo liguista ganado por Ñuñorco. Un motivo extra para celebrar.