Durante el entretiempo en el “República de Alberdi”, los hinchas de Belgrano analizaban el por qué de la crítica situación que vive hoy su equipo, merodeando el descenso y sintiendo el calor de la B Nacional. “Somos un equipo inocente, poco pícaro.” La reflexión del plateísta se propagó como incendio forestal, y más si el que agitó el fuego de tanta duda anoche en Córdoba fue Atlético, la antítesis de un “Pirata” poco astuto y sin los medios para quebrar a un grupo que sabe cómo orientarte hasta caer justo en la boca del lobo.
Atlético no empezó bien, equivocó su idea, pero cuando engranó y se acomodó en el partido, después del penal convertido por Leonardo Sequeira, manejó los hilos cual titiritero. Incluso pudo irse al descanso siendo ganador parcial, tras el empate de Bruno Bianchi, acaso, primero la víctima por el penal dudoso que le cobró el juez Mauro Vigliano. Y después héroe por un empate que pudo extenderse aún más si la suerte acompañaba ese intento de Javier Toledo, desde el suelo y buscando arco en vez de salida para el equipo local.
Ni cuando Belgrano acusó ganas de llevarse los tres puntos en el comienzo del complemento, Atlético se puso nervioso. Que se entienda, el “Decano” conoce sus limitaciones y virtudes, pero sobre todo es un especialista en descifrar lo que a su rival de turno le duele.
Y a Belgrano, lógicamente lo presionaba el reloj y su gente. En ese ámbito, el que mejor supo sumar dividendos fue Atlético. Y Leandro Díaz, con la culminación de una jugada que tuvo 17 toques seguidos del “Decano” cuyo destino fue el 2-1 parcial y la confirmación de lo que -hasta ahí- parecía indiscutiblemente, el mejor gol del partido.
Puede cambiar de nombres el “Decano”, sí, pero el sentido de la táctica y ejecución no se moverá de su eje. Anoche hubo otra prueba y el éxito fue su premio. La rotación de Ricardo Zielinski entre sus titulares es para él una bocanada de oxígeno, sin embargo, para los que deben enfrentar a sus dirigidos, tanta variante convierte al “Decano” en un verdadero enigma.
Atlético es cosa seria. Es cosa seria porque tiene a un Rodrigo Aliendro interminable, que juega, que marca, que asiste. Atlético es cosa seria porque tiene gol y variedad. No sólo se trata de Luis Rodríguez, aunque él siempre haga los más lindos, como el 3-1. Atlético es cosa seria porque juega al fútbol y no te deja jugar al fútbol. Atlético es cosa seria porque su familia ha entendido que el infinito es su destino, que Racing no es un líder imbatible y que luchar por el título, hoy más que nunca es posible.
Valga la insistencia, Atlético es cosa seria porque si le das un centímetro de más en la cancha, te liquida como pasó anoche, como pasó contra San Lorenzo, Central y tantos otros. Entonces, por eso y muchas virtudes más, este Altético puede soñar en grande, con la Superliga y con darle un poco de su medicina a San Martín, su próximo obstáculo en este gran sueño de campeonato que tiene.