El plantel de Boca Juniors se instaló hoy en Madrid acompañado por las familias de cada uno de sus integrantes, mientras que en Buenos Aires el jefe de la barra brava, Rafael Di Zeo fue autorizado a viajar hacia España por la Justicia, pero no podrá ingresar al estadio Santiago Bernabéu para presenciar la Superfinal de la Copa Libertadores ante River Plate el próximo domingo porque se le aplicará el derecho de admisión.
El vuelo de la delegación "xeneize" estuvo más cerca de parecerse a unas "vacaciones compartidas" que a un viaje para jugar la final de la Libertadores más conmocionante de la historia, porque el ambiente estuvo plagado de chicos gritando y riéndose y madres reprendiéndolos, con risas y bromas de padres y hermanos, todo ello muy alejado de la tensión que supone una definición como esta que, además, conduce directamente al Mundial de Clubes.
La Conmebol les pagó a Boca y River los gastos correspondientes a 40 lugares en clase superior, pero como esa cifra aumentaba considerablemente porque los futbolistas querían extender el cupo de allegados, entonces la dirigencia "xeneize" autorizó pagar los pasajes de esos acompañantes, pero siempre y cuando fueran familiares directos.
"El club tomó la decisión de contratar un charter y decidimos invitar a la familia de los jugadores", explicó el presidente Daniel Angelici mientras que el preparador físico Jorge Valdecantos puntualizó que "el viaje con los familiares es muy positivo. No hay nada mejor que compartir todo esto con ellos para sacarle la presión a los jugadores".
La nutrida delegación puso pie en el aeropuerto de Barajas alrededor de las 16 y de inmediato sus componentes se trasladaron hasta el Hotel Eurostar, donde se hospedaron en las suites Mirasierra.
El plan de trabajo se iniciará mañana a las 6, con un entrenamiento en el predio de la Real Federación Española de Fútbol situado en el madrileño barrio Las Rozas, con últimos 15 minutos abiertos para la prensa. Posteriormente dos futbolistas hablarán con el periodismo acreditado.
Lo mismo sucederá el viernes, pero con la salvedad de que en vez de dos jugadores el que ofrecerá una conferencia de prensa será el entrenador Guillermo Barros Schelotto. Previamente el "Mellizo" parará el equipo titular para enfrentar a los dirigidos por Marcelo Gallardo.
"Desde que (Esteban) Andrada tuvo el alta no vimos ninguna situación en la que notáramos que se esté cuidando por la fractura de maxilar que tuvo. Hace más de un mes que venimos trabajando este partido. Y en cuanto a los tres lesionados, (Cristian) Pavón está bien, (Ramón) Abila tuvo una contractura y decidimos cuidarlo, y lo de (Lucas) Olaza fue sólo un golpe, pero todos están perfectos", aclaró Valdecantos.
Claro que toda esta prolija organización para con los protagonistas del espectáculo no transitó en las últimas horas por los mismos caminos para los hinchas "xeneizes" que están llegando por estas horas a la capital española, ya que el canje de las entradas que el principio iba a empezar a realizarse el viernes, finalmente pasó para el domingo, vale decir el mismo día del partido.
Es que la Conmebol dispuso que el canje del voucher con la entrada y la pulsera correspondientes para cada adquirente se entregue entre las 9 y 16.30 del domingo (el encuentro comenzará a las 20.30) en el Fan Zone Boca que la organización montará en la zona de Nuevos Ministerios (Paseo La Castellana y calle Ríos Rosas). La advertencia es que los que podrán retirarlos serán solamente los titulares, que para ello deberán presentar sus pasaportes originales.
El que le dio un marco bien descriptivo a todo este fárrago de sucesos que van desde lo reglamentario hasta lo estrictamente deportivo, pasando por los episodios violentos y lo institucional, fue hoy el presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici.
"Es extraño estar en Madrid, impensado: Venimos a jugar una final de Copa Libertadores tan lejos y eso me pone triste, primero como argentino porque unos pocos estropearon una fiesta que se hacía en Buenos Aires", indicó Angelici.
"Después viene lo legal, que va por caminos separados a la final, ya que mañana Boca debía recibir una respuesta a su reclamo de ganar los puntos. Por eso vamos a apelar todas las instancias. Estábamos a pocas cuadras de jugar un partido y tuvimos que viajar 11 horas para estar acá. Pero la relación con el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez estaba muy tensa como para decirle que no queríamos venir a Madrid", admitió el titular "xeneize". A confesión de partes, relevo de pruebas. (Télam)