EL CALLAO, Venezuela.- El plan de venta del oro del presidente venezolano Nicolás Maduro se aceleró a medida que mejoró el vínculo con su par de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. Ambos líderes han sido criticados internacionalmente por reprimir a la disidencia política y socavar normas democráticas para concentrar el poder.
“Sobre el oro, tenemos un modelo (...) que va muy bien, en el primer semestre vamos a triplicar la producción”, dijo Maduro a periodistas durante la semana pasada. “Nos sobran los compradores de oro”, agregó, sin dar detalles.
Una orden ejecutiva del 1 de noviembre firmada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impide que personas y entidades de ese país compren oro de Venezuela. Pero no se aplica a los extranjeros, y Ankara le aseguró al Departamento del Tesoro que todo el comercio entre Turquía y Venezuela se ha hecho al amparo del derecho internacional.
Venezuela anunció en diciembre de 2016 un vuelo directo de Caracas a Estambul con Turkish Airlines. La ruta sorprendió dada la baja demanda de viajeros entre las dos naciones y las decenas de cortes de vuelos de otras aerolíneas.
Los datos de las aduanas muestran que esos aviones llevan algo más que pasajeros. El 1 de enero de 2018, desde Caracas, el Banco Central despachó unos 36 millones de dólares en oro a Estambul por vía aérea. Se produjo pocas semanas después de una visita de estado que hiciera Maduro a Turquía.
Los envíos del año pasado sumaron 900 millones de dólares, equivalentes a unas 23 toneladas, según los datos del gobierno turco y los informes de aduanas.
El Banco Central ha estado vendiendo su oro minero directamente a compañías y refinadores turcos, según dos altos funcionarios venezolanos. Los ingresos van al estatal Banco Nacional de Desarrollo de Venezuela, Bandes, para comprar productos de consumo masivo en Turquías.
Entre los compradores del metal está la Refinería de Oro en Estambul (IGR, según sus siglas en inglés) y la firma Sardes Kiymetli Mandele, una comercializadora de oro en ese país.