El monitoreo de “eficiencia de cosecha” de soja en la provincia de Tucumán, realizado entre el 15 y 17 de mayo pasado por un equipo a cargo del ingeniero agrónomo Ricardo Rodríguez, del INTA Famaillá, determinó que la zona Este (Cruz Alta, Burruyacu, Leales) registra un avance cercano al 75% de la superficie implantada, equivalente a 103.500 ha, restando cosechar aún 40.000 ha. Los rendimientos promedio intra lote oscilan entre 2.900 y 3.600 kg/ha. Los materiales que se están cosechando corresponden al “ciclo VIII largos”.

Este tucumano

En cuanto a la eficiencia, los valores de pérdidas registrados en esa zona Este se presentan en el cuadro inferior, a la izquierda.

Si bien la “tolerancia de pérdidas” se encuentra dentro de lo permitido (80 kg/ha totales), se deben corregir aquellas producidas por la “cola de la máquina”, en este último tramo de la cosecha, mediante el ajuste y calibración de la trilla en los diversos sistemas axiles y convencionales del equipo, que repercuten con valores de entre un 7% a un 10% de grano partido.

Considerando que los materiales se encuentran aptos para la trilla hace más de 30 días y ésta se viene retrasando por las condiciones climáticas, nos encontramos con un grano que baja bruscamente su humedad hasta el 11% durante el mediodía (entre las 12 y 15 hs), volviéndolo susceptible al quiebre durante la operación de trilla. Por esto, es importante monitorear permanentemente las “pérdidas por cola” para calibrar el equipo en tiempo real y minimizar las pérdidas. Cuando la humedad del grano sea muy baja (11-12%), se debe ajustar entre 580 y 650 las rpm del sistema de trilla, y adecuar el distanciamiento entre el cóncavo y cilindro para cuidar la integridad del grano, especialmente cuando la intención es guardarlo en bolsas plásticas (almacenamiento transitorio) o como material genético (semilla) para la próxima campaña.

PERMANENTE. Hay que monitorear las pérdidas por la cola de la cosechadora.

Pérdidas por plataforma: Es necesario tener en cuenta que las fluctuaciones y rangos de amplitudes térmicas ambientales influirán tanto en la humedad de la vaina como en el grano que se encuentra adentro, haciéndolos susceptibles a la dehiscencia natural y al mínimo contacto con el sistema de corte de las barras en la plataforma y el molinete. Por lo tanto, se deben determinar dichas pérdidas y verificar el estado de las pérdidas de precosecha antes del ingreso de la máquina. Esto permitirá determinar dirección de la cosecha, velocidad de avance, altura y posición del molinete, dientes y velocidad de giro, en relación al avance, para minimizar la agresión con respecto al corte y recolección de las plantas, además de controlar las pérdidas de plataforma o desgrane.

Sur tucumano

En el caso de la zona Sur de Tucumán (La Cocha y Graneros), el avance de cosecha es del 55% de su superficie -unas 30.300 ha-, restando cosechar 25.000 ha a la fecha (este informe fue enviado a LA GACETA Rural el 23 del corriente). Los rendimientos promedio en lote están entre 3.000 y 3.400 kg/ha, finalizando ya con materiales de “grupos VII” e iniciando trilla con “los ciclos VIII”. Se presentan las pérdidas en el cuadro inferior, abajo.

Tolerancia: La zona está en el límite de lo permitido como “pérdida total/ha”. Es importante considerar que las pérdidas de precosecha, en el Sur, se notan por la demora en cosechar lotes con soja del grupo VII, que comienzan a manifestar una dehiscencia natural propia de su ciclo en esta fecha. Con el correr de los días, no sólo se incrementarán estas pérdidas, sino también aquellas de poscosecha, por lo que será necesario medir y monitorear las mismas, antes del ingreso de la cosechadora al lote para calibrar la trilla.

“Si bien estos valores son un promedio de las mediciones tomadas en cada zona, encontramos lotes con pérdidas totales de 155 kg/ha. Descontando la tolerancia de 80 kg/ha, la pérdida real del lote sería de 75 kg/ha. En términos económicos, considerando el valor de la tonelada de soja a $ 9.800 en la actualidad, estamos dejando de percibir $ 735/ha en el lote.

Por eso, es fundamental contar con un monitoreo permanente de la cosecha para corregir en tiempo real las pérdidas a través de una metodología rápida y sencilla como es la del Aro propuesta por INTA”, concluyó Rodríguez.