En los últimos siete años, da la sensación de que a Boca se le está quedando sin nafta ese motor de “fortuna” o “suerte de campeón” que lo acompañó tiempo atrás, y lo definió como el club más ganador del fútbol argentino y con más mística.
El partido definitorio de ayer refleja esa idea pero ratifica lo que vivió en partidos anteriores y en los que se salvó gracias a penales o apariciones individuales. En esta Copa de la Superliga pasaron cinco partidos, y los importantes delanteros que tiene Boca no pudieron anotar ni un solo gol.
Claro, ¿cómo coronarse en un torneo en el que el único gol en instancia de cuartos de final, semifinal y final, lo hizo el defensor Lisandro López?
Aún así, para Gustavo Alfaro, el “9” titular es Darío Benedetto. Pero el “Pipa” arrastra una mala racha de 797 minutos sin convertir goles, y hoy tuvo tres clarísimas pero no pudo con Gonzalo Marinelli. Y es que Carlos Tevez, Mauro Zárate, Cristian Pavón, Sebastían Villa y Ramón Ávila no ayudaron a ocultar esta sequía.
“Tigre nos ganó porque fue mucho más eficaz que nosotros. Lo hablé con Benedetto, quien me dijo que intentó cabecear de una manera, rematar de otra, pero la pelota dio en el travesaño, o en el palo, y no quiso entrar. Pero son rachas, como el primer gol que se le filtró a Esteban Andrada, que es un gran arquero y quizá lo encontró frío en esa jugada”, explicó el técnico de Boca.
Maleficio en las finales
Volviendo el tiempo atrás, de las siete finales que jugó Boca desde 2012, sólo ganó dos, incluido el encuentro que perdió ayer 2 a 0 ante Tigre.
En este sentido, alcanzó las finales de la Supercopa de 2012, donde se enfrentó ante Arsenal y perdió. Después, en 2015, intentó ganarla contra San Lorenzo, y no pudo. En Mendoza, y ante River, fue derrotado en la edición 2017. Sin embargo, ganó hace un mes la final que lo enfrentó a Rosario Central, mismo rival en la final de la Copa Argentina 2015, donde el árbitro Diego Ceballos fue clave.
Esa “mística copera” que caracterizó al “Xeneize”, tampoco apareció en las finales internacionales. Las últimas dos que disputó fueron en la Copa Libertadores, y en ninguna pudo levantar la el trofeo. En 2012 frente a Corinthians, y la última edición que se definió en Madrid, terminó en manos River.