Si la vuelta a casa de los jugadores de San Jorge fue dura, mucho peor la pasaron los familiares, varios hinchas y algunos de los hinchas que fueron hasta Mar del Plata.
Es que mientras el plantel regresó a Tucumán en avión desde Buenos Aires, el segundo grupo lo hizo en colectivo por casi 24 horas y con la tristeza a cuestas por la dolorosa manera en la que su equipo se quedó sin ascenso a la B Nacional.
“Tenemos una amargura tremenda por lo que le han hecho a los chicos. Tanto sacrificio y vienen y le quitan la ilusión en solo 45 minutos. Todo lo que se venía hablando del árbitro se terminó dando”, dijo Daniel Cuevas, padre de Emanuel, el carrilero del equipo. “Estamos muy amargados por lo que le hicieron a los chicos”, agregó Daniel, quien viajó con Elvira Sánchez, la madre del jugador.
La misma amargura portaban los hinchas que también viajaban en ese colectivo. No solo por venirse con las manos vacías (y de la manera en la que se las vaciaron) sino por el trato recibido, tanto en el estadio como en la ciudad en general.
“La forma en la que nos sacaron del estadio fue muy mala. Nunca me pasó algo así. Nos discriminaron hasta en el hotel donde nos acusaron de robar toallas. Uno viene a ‘La Feliz’ con la idea justamente de ser feliz y la realidad es que nos vamos muy tristes”, dijo Jorge Cruz, uno de los fanáticos del “Expreso” que también viajó en ese colectivo. Ese colectivo que recién llegó anoche a la provincia y trajo relatos aún más tristes.
Otro de ellos correspondía a Hugo Medina, otro hincha presente en el estadio José María Minella. “Estoy triste, abatido, muy mal por la decisión de los árbitros. Nos cagaron la ilusión que llevamos a 1.700 kilómetros de nuestras casas. El trabajo de todo un año, tirado por la borda”, aseguró Medina quien no solo cargó contra Adrián Franklin, el árbitro del partido, sino contra la AFA.
“La AFA es la culpable. Así como pasó con Estudiantes de Río Cuarto, pasó con Alvarado. Más claro, echale agua”, agregó Medina.
Más de 24 horas después, la tristeza se mantenía y nada tenía que ver la cantidad de tiempo en viaje. Todo era por San Jorge y la pesadilla que significó viajar a Mar del Plata.