La calidad del limón en la cosecha se vio muy afectada por la alta severidad de botrytis y de melanosis, tanto en zonas donde generalmente estas enfermedades se dan con alta incidencia -en especial, entre Lules y Aguilares-, como en otras, donde no suelen causar daños significativos -en los extremos norte y sur del área citrícola provincial-. Así lo indicó Gabriela Fogliata, coordinadora de la Sección Fitopatología de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres. “Esto se debió a la gran cantidad de lluvias registradas en la primavera del año pasado -particularmente en octubre-, acompañada de temperaturas óptimas, lo que causó un total de horas de períodos con condiciones favorables a la infección que duplicó los valores normales”, detalló.

Añadió que en algunas zonas se registraron infecciones severas de cancrosis: “más relacionadas a las lluvias tardías de otoño y a la presencia de fuertes daños del minador de los cítricos”.

El fruto que se cosechará durante la campaña 2020 se encuentra en pleno crecimiento. “Esta etapa resulta clave en el cuidado de su sanidad, ya que es la fase de susceptibilidad a la infección de enfermedades como melanosis, mancha negra y cancrosis”, alertó Fogliata.

A raíz de ello, contó que desde la caída de pétalos o desde la prefloración ya se viene aplicando cúpricos, en algunos casos sumados a estrobilurinas. “Los activos químicos permitidos actualmente son escasos por lo que es muy importante maximizar la eficiencia en el uso de estos. Además de respetar las dosis y los volúmenes recomendados para el control de las enfermedades, resulta importante mantener una adecuada frecuencia de aplicación, ya que los controles son de tipo preventivo”, señaló.

La técnica destacó, también, la importancia de que se disminuyan las fuentes de inóculo mediante la poda de seco y la remoción de los restos de poda, que se debe realizar apenas finalizada la cosecha, debido a que las ramas secas son un reservorio de los hongos causantes de botrytis, melanosis y mancha negra. “También la remoción de los frutos maduros que pudieran quedar en las plantas con síntomas de mancha negra y que son una importante fuente de inóculo para la fruta nueva que está en crecimiento”, agregó.

Hecho positivo

La primavera se está desarrollando con condiciones ambientales menos favorables que la campaña pasada para la infección de enfermedades como melanosis, que requieren mayor cantidad y continuidad de horas de mojado de los órganos susceptibles, hojas, ramas verdes y frutos. “En el período comprendido entre septiembre y este mes de la actual campaña, se están registrando aproximadamente la mitad de horas con condiciones favorables para melanosis que similar período de la campaña pasada. Por ejemplo, alrededor de 220 horas en Aguilares y Monteros, 148 horas en la Cocha y 120 horas en El Rodeo, en la presente campaña; mientras en la anterior se registraron 440 horas en Aguilares y Monteros, 300 en La Cocha y 310 en El rodeo, para ese mismo período”, detalló.

Sin embargo, advirtió que se debe tener en cuenta que la mancha negra requiere condiciones distintas, y no tiene una correlación tan directa con el volumen de lluvia caída en primavera, sino que otras variables pueden condicionar su mayor o menor incidencia, como ser períodos alternados de humedecimiento y secado durante la primavera. “Por esto, mantener las dosis, volúmenes y frecuencia adecuada de aplicación permitirá reducir las probabilidades de infección. Se debe tener en cuenta que los fungicidas cúpricos requieren aplicaciones periódicas, no sólo por la remoción causada por las lluvias, sino también por el crecimiento de los órganos vegetales que deja áreas desprotegidas por ser los cúpricos fungicidas protectores”, remarcó.