Así como pasó de una radio comunitaria a la Casa Rosada, en los últimos 20 años vivió frenéticamente al lado de Charly García, los Illya Kuryaki y Los Ratones Paranoicos, con los que vendrá este fin de semana a cerrar el año en Tucumán.
Fernando Szereszevsky confiesa que llegó a la música casi por casualidad. Hacía tres años que trabajaba para Alberto Kohan, secretario de la Presidencia durante el último mandato de Carlos Menem. Fue el dos veces presidente quien le pidió que le llevara a la Quinta de Olivos nada menos que a Charly García, que en ese entonces se burlaba del riojano en los medios. Aunque al principio parecía un imposible, en julio de 1999 logró el histórico encuentro Charly & Charly. Ese fue el comienzo de todo.
Después del 10 de diciembre de ese año, con el fin del menemismo y sin trabajo recibió un llamado que le cambiaría la vida. “Ahí hice el paso de la política a la música”, recuerda en una entrevista telefónica brindada a LA GACETA.
Su última relación con la política fue en 2003, cuando trabajó para la campaña presidencial de Menem y compuso, junto al grupo de cuarteto cordobés Los Zarzas, una canción llamada "Que vuelva Carlos, que vuelva ya".
El comienzo de su relación con el rock star
Los problemas económicos de Charly García lo convirtieron, sin pensarlo, en su manager. Fue su ingreso, por completo, al mundo de la música.
A lo largo de los 11 años que acompañó al músico fue testigo de una serie de escándalos que marcaron el rock nacional. Estaba a su lado, en Mendoza, cuando García saltó a la pileta desde un noveno piso y cuando, años más tarde, lanzó la frase “Viva Cocalombia” que casi les cuesta la vida en Bogotá. Del saludo de Charly a las amenazas y a una ruptura por que el genio estaba fuera de control. Así pasó por clínicas de rehabilitación y ensayos a un regreso impensado: la resurrección de una carrera que parecía terminada. “Se fue dando de casualidad. La vuelta de Sui Generis en 2003 y la recuperación de Charly en el 2007", confesó el manager de 45 años.
¿Qué quieren los N° 1?
“Cuando laburas para N° 1 ellos quieren que estés vos, no alguien que trabaje para vos. Estoy en todo el proceso, en sus cuestiones personales. Voy a la nota y a todos los shows. Tengo mi equipo, pero voy yo. A mí nadie me tiene que explicar qué pasa con mi banda. Veo todo ese control que hace que tome mejores decisiones”, relató Szereszevsky, que no cree tener la clave del éxito, pero sí está convencido de una forma de trabajar junto a sus músicos.
“Mi pensamiento es a mediano y largo plazo. No pienso en hacer un recital y llenarme de dinero. Estuve 11 años con Charly y siete con IKV. No sé si tengo grandes virtudes, pero sí tengo algo que hace la diferencia, que es sencillo y difícil a la vez: sé qué tiene en la cabeza la gente importante. Charly sé qué quieren y cómo lo quieren. Me da satisfacción cuando escucho ‘eso era lo que quería’. Adelantarme a lo que quieren. Entiendo que tienen una línea de pensamiento parecido. Tienen un patrón”, reconoció el manager.
Su experiencia en la Rosada y al lado de Charly García le marcaron una línea de trabajo, tal vez su marca registrada. “Quieren que des la vida por ellos, eso es lo más difícil de conseguir. No le escapo a ninguna situación. Las cosas que hice por Charly no sé si las hice por mis hijos. Lo digo con vergüenza. Si el hijo de Juanse está enfermo, le compro los remedios. En mi concepción, esas son las cosas que te unen con el artista. Si me limito a la actuación y al negocio, esto no va a funcionar. Con todos los artistas nos sentimos familia”.
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El regreso de Ratones Paranoicos
“A Juanse lo conozco de 1999. Hace unos años estaba trabajando con IKV y nos cruzamos en un bar. Me dijo que me quería como manager y redoblé la apuesta: ‘juntemos a Los Ratones’. Me dijo que convenza a los demás y lo hacíamos. Llevaban ocho años sin poder reunirse. Después de hablar con todos, logramos el primer show en septiembre de 2017”, detalló Szereszevsky, que este fin de semana cerrará con la banda un año redondo, que los llevó a recorrer los escenarios de las principales plazas del país.
“Queríamos tocar en lugares grandes. Hay provincias sin mucha tradición, como Catamarca y Santiago, que no son como Córdoba, Rosario y San Juan. Tucumán tiene un público apasionado por todo. No es normal que tengan un San Martín y un Atlético. Algo hay en la cultura”, aseguró mientras se le pasaron algunos recuerdos por la cabeza. “La pasé muy mal con Charly en 2010, el 9 de Julio. Tenía la pierna lastimada y no podía caminar. Había que subirlo al escenario. Fue todo muy hostil”.
El show en Floresta
Asegura que el recital de este sábado será el más importante. “Es el cierre del año, preparamos una lista contundente y larga, con hits y los lados B. Que Juanse haya dejado las drogas, el alcohol y sea fan del papa Francisco no quiere decir que perdió esa cosa picante que tenía en los shows. Sigue igual”, detalló mientras infla le pecho porque Ratones fue convocado para los dos grandes festivales del próximo verano: Cosquín Rock y Lollapalooza.