Un grupo de niñas y niños corretea intentando remontar unos barriletes en la plaza de Los Vázquez. Los fuertes vientos del verano incentivan el juego en este barrio del sur de la ciudad. Los vecinos de esta zona fueron testigos hace dos años de una de las muchas transformaciones que necesita su barriada. La Municipalidad de San Miguel de Tucumán inauguró la primera plaza. El lugar del emplazamiento permitió que esa inauguración sea una “transformación”: el límite norte de este barrio de la capital era una laguna de agua podrida, pestilente, plagada de basuras, que rebalsaba con las lluvias e inundaba las casas cercanas con agua inmunda. “Cuando llueve, rebalsa y se inunda mi casa. Entonces, a los chicos les salen granos en el cuerpo. Creo que es por el agua contaminada”, había dicho Mercedes Monteros, una de las madres preocupadas. Tras una nota de LA GACETA en marzo de 2018, en la que relevó que adultos y niños tenían pústulas en la piel que podrían ser causados por ese agente contaminante, la Intendencia ordenó taparla y dar lugar a la primera plaza: una canchita de fútbol, bancos y unos juegos.

La medida fue altamente celebrada por las madres de la zona: “¿sabés lo que significa para mí escucharla a mis hijas decirme ‘mamá, me voy a jugar a la placita’? Significa que no están en la calle dando vueltas y que tienen un lugar donde divertirse porque cuando yo era chica, acá no teníamos nada”, había expresado en una nota de este diario Susana Décima, emocionada. En igual sentido había opinado Pamela Vera: “es algo muy bueno para este barrio, para que al fin nuestros hijos tengan algo que nos ha faltado a nosotros cuando éramos changuitos”.

La remodelación, recuperación, embellecimiento y construcción de nuevas plazas o parques es fundamental para permitir el esparcimiento de todos los habitantes de las ciudades y pueblos de la provincia, en particular, de niñas y niños. El artículo 31 de la Convención Sobre los Derechos del Niño, convocada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) es claro sobre este punto: “Los Estados Partes reconocen el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes. Los Estados Partes respetarán y promoverán el derecho del niño a participar plenamente en la vida cultural y artística y propiciarán oportunidades apropiadas, en condiciones de igualdad, de participar en la vida cultural, artística, recreativa y de esparcimiento”. Tras la reforma de la Constitución Nacional en 1994, estos pactos internacionales tienen rango constitucional en el suelo argentino.

La búsqueda de los vecinos de las distintas ciudades de espacios gratuitos para esparcimiento se percibe contante en distintas producciones de LA GACETA. En San Miguel de Tucumán, en particular en verano, diferentes publicaciones han cronicado que vecinos distintas zonas de la ciudad acuden a las plazas y parques que se encuentran en mejores condiciones, que están recientemente remodeladas y que cuentan con el mobiliario en mejores condiciones que otras. Cientos de familias se vuelcan a estos espacios para que los niños jueguen. La reciente inauguración de las tres cuadras parquizadas del parque El Provincial, hacia el sur de la ciudad, ha demostrado cómo los vecinos acuden para ocupar esos espacios, aprovecharlos y disfrutarlos. No todas las plazas están en esas condiciones y por ello no son utilizadas en su plenitud. Cada plaza que no es aprovechada (en cualquier punto de la provincia) es un lugar donde niñas y niños no pueden ejercer su derecho a jugar, disfrutar y reírse.