La ciudad minada. La ciudad hundida. La ciudad rebalsada, de agua limpia y de líquidos cloacales. Y todo apunta a la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT), la sociedad anónima con participación estatal mayoritaria, dependiente del Estado provincial, que administra el servicio de aguas y cloacas desde 2004.
Son 16 años los que Tucumán lleva con esta compañía, y para la enorme mayoría de los usuarios el servicio está cada vez más alejado de brindar calidad. Las quejas llegan a nuestra Redacción y se multiplican en las redes sociales.
En muchos casos, los reclamos exceden a la falta de agua en las casas o a las pérdidas cloacales en las calles. El lunes a la madrugada, una obra inconclusa causó un accidente en barrio Sur. Un auto quedó atrapado en un pozo en calle Congreso al 300.
El conductor sostuvo que circulaba a 20 km/h, y que a pesar de eso no logró ver la señalización. “No había cartel, a mí esta vez no me pasó nada pero definitivamente es un factor de riesgo para cualquiera que transite por acá. La banda naranja estaba demasiado cerca y no tenías tiempo ni de frenar, lo pasé y sentí el impacto de la tierra directamente”, señaló Gonzalo Musa, el conductor.
La empresa a cargo de la reparación dijo que la obra quedó inconclusa a causa de la lluvia. Y Pablo Casas, un comerciante de esa cuadra, indicó que muchos autos esquivaron de manera brusca el pozo, no tiene tanta señalización y si vas fuerte, tranquilamente podés chocarlo.
Este tipo de incidentes ya no son aislados. El domingo último, un auto chocó contra una moto en avenida Juan B. Justo al 1.800 y luego contra dos vehículos estacionados. El escenario del siniestro fue un derrame cloacal que, según los testigos, ya llevaba varios días. Las víctimas que iban arriba de la moto, entre ellas un menor, terminaron desparramados sobre el enorme charco de aguas servidas.
Un poco antes en el tiempo, a mediados de diciembre, en la esquina de avenida Brígido Terán y calle José Ingenieros (en las inmediaciones de la Terminal de Ómnibus), otro auto quedó atrapado en un pozo abierto por la SAT. El conductor estuvo varias horas intentando sacar el vehículo y según informó, el pozo habría sido cubierto con tierra sin compactar y provocó el hundimiento del auto.
José Luis Avignone, ex secretario de Relaciones Institucionales de la Municipalidad capitalina, informó sobre las varias sanciones y denuncias que hizo la administración de la ciudad por los hundimientos en las calles, las pérdidas y el daño ambiental que ocasionan. También hay un juicio que ya lleva 10 años en contra de la SAT, iniciado por una usuaria que sufrió las pérdidas en su propia casa, pero luego investigó las deficiencias de la red. Desde 2007 -cuando se inició a la causa- la querella no recibió una solución por parte de la Justicia y hubo varios cambios de jueces y fiscales por “falta de acción”.
Hace poco más de un mes la SAT cambió de autoridades, y se puso al frente el ingeniero Augusto Guraiib, que se desempeña en la empresa desde hace 15 años. En una entrevista reciente, le dijo a LA GACETA que “la solución definitiva es el recambio de las cañerías”. Distintos funcionarios pasaron al frente de la empresa pero pareciera que nunca hubo una política común y unidireccional pese a que los gobiernos que administraron la Provincia tuvieron el mismo color político. Es hora de ordenar el rumbo para beneficio de todos.