El presidente Alberto Fernández evaluará este jueves, en un encuentro clave en Olivos con gobernadores de todo el país -entre ellos Juan Manzur-, declarar la cuarentena general en la Argentina para enfrentar el virus del coronavirus.
La posibilidad de un endurecimiento en las medidas de aislamiento social viene siendo evaluada en los últimos días por el mandatario, quien decidió no apresurar la decisión sin evaluarla previamente con dirigentes de la oposición y los gobernadores de todas las provincias.
Ayer, Fernández recibió en la Casa Rosada a las autoridades del Congreso, incluidos a los líderes de la oposición parlamentaria. Allí tuvo un pedido del Interbloque Federal para que avance con esa medida. En una rueda de prensa, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, admitió que el gobierno camina en esa dirección. “Si tenemos que profundizar el aislamiento, lo vamos a hacer”, dijo.
Las normas de restricción dispuestas por el gobierno ante el coronavirus “no son para perjudicar a nadie sino para cuidar a todos, y ese es el camino que pretendemos recorrer”, sostuvo Massa y aseguró que “se tomarán todas las medidas que sean necesarias para evitar que la curva de casos crezca”.
Massa anunció además que el gobierno y oposición acordaron mantener reuniones “cada 15 días” para consensuar medidas, “mejorar la calidad de vida y buscar las herramientas” en la emergencia por la enfermedad.
Qué podría pasar
Una cuarentena total exigiría una serie de coordinaciones de operativos que no se arreglan de un día para el otro. Por ejemplo, la actuación de las fuerzas de seguridad provinciales y las nacionales en un escenario así, donde se debe controlar que toda la población cumpla con la norma.
El Gobierno ya trabajaba en temas tales como la distribución de alimentos, provisión de combustibles y demás necesidades de abastecimiento que deberían mantenerse durante el parate. Cuál es el momento más oportuno para tomar la medida será algo que deberán definir hoy.
Los especialistas sostienen que el momento justo es cuando la curva de infectados comienza a ascender, para evitar que pegue un salto que la vuelva incontenible. Una curva "achatada" da tiempo al sistema sanitario a ir resolviendo los problemas que se le presentan y la epidemia podría asimilarse sin generar trastornos insolubles.
El fantasma es que en unas semanas se recree las imágenes dantescas que se difundieron de un hospital del norte de Italia, inundado de infectados en salas y pasillos.