La epidemia de dengue fue ganando terreno en Tucumán hasta alcanzar números históricos. Con más de 2.200 casos notificados este ya es el peor brote que se haya registrado en nuestra provincia. Los médicos reconocen, sin embargo, que esa cifra está alejada de la realidad. Hay una importante cantidad de pacientes que tienen la enfermedad y que no son reportados, lo cual genera inconvenientes y riesgos para la población.
Los primeros casos de la patología transmitida por el mosquito Aedes aegypti aparecieron en febrero, en la zona del parque Guillermina. Un mes después, en medio de este brote –hasta entonces de baja intensidad-, llegó el coronavirus. Entonces, el dengue pasó a segundo plano. En el marco del aislamiento dispuesto por el Gobierno se dificultó la accesibilidad a la consulta de quienes sufren dengue. Hasta hoy muchos enfermos no llegan a los servicios de salud por las restricciones para movilizarse y también por temor.
Asimismo, hay médicos y laboratorios que no están reportando al Ministerio de Salud cuando atienden un paciente con síntomas de la patología. “Está claro que hay un subregistro de casos, ya sea porque algunos pacientes no consultan y también porque el sistema de Salud está muy ocupado con el coronavirus y no puede notificar adecuadamente cada persona que se enferma con dengue”, sostuvo Susana Lloveras, infectóloga de la Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero y miembro del comité de expertos que asesora al Ministerio de Salud de la Nación.
Todo caso sospechoso del mal que transmite el Aedes constituye un evento de notificación obligatoria a Epidemiología. Principalmente, porque ante cada denuncia el sistema sanitario debe realizar acciones de bloqueo y control del foco. Incluyen la visita domiciliaria del paciente y la búsqueda de otros casos febriles sospechosos, fumigar la zona, descacharrar y aislar al enfermo para que no vuelva a ser picado por un mosquito y luego se extiendan los contagios en su casa y en los alrededores.
Cuando un caso no se notifica en tiempo y forma, todo un barrio puede estar en peligro de infectarse. O al menos ocho manzanas a la redonda.
Por otro lado, los profesionales de la salud advierten que toda la información que pueda tener un paciente sobre su enfermedad es esencial. El subregistro de casos complica significativamente la atención de quienes se infectan dos veces con el virus. Las personas que se han expuesto una vez a un serotipo de dengue tienen un mayor riesgo de síntomas graves cuando se enferman de nuevo, con otro serotipo. El dengue tiene cuatro cepas y en Tucumán circulan dos: el DEN 1 y el DEN 4. Por lo tanto, determinar el historial de exposición anterior de un paciente que experimente síntomas de infección por dengue puede llegar a ser una cuestión de vida o muerte.
Hay suficientes razones para estar preocupados. Bajo la sombra de la covid-19, la epidemia de dengue sigue avanzando en forma silenciosa en todo el país. En total, se reportaron a nivel nacional 25.000 casos con picos que en las últimas semanas alcanzaron hasta 10 veces más el promedio de años anteriores. La pregunta que queda dando vueltas es: ¿Cuántos casos se hubieran evitado si se notificaban correctamente todos los pacientes? ¿Qué pasará en las próximas epidemias con aquellos que no saben si tuvieron o no la enfermedad? Los expertos advierten que el dengue vino para quedarse y podría llegar a ser endémico en nuestra provincia. Por lo tanto, la presencia del Aedes aegypti en nuestros meses lluviosos y cálidos será una amenaza cada vez mayor.