“Es la primera vez en 46 años que no se realiza la Feria Internacional del Libro (FIL) en Buenos Aires”, informa Oche Califa, director Institucional y Cultural de la Fundación El Libro, que la organiza. La pandemia de covid-19 obligó a todos los lectores a quedarse en casa, pero su cita preferida encontró la forma de llegar a sus hogares.
El 18 de marzo, con el evento prácticamente organizado en su totalidad, se anunció, por primera vez desde su creación, que era imprescindible postergarlo. “Una Feria Internacional, con 20 stands extranjeros, una ciudad invitada, cientos de profesionales del exterior e invitados culturales, indica la necesidad de una agenda de, como mínimo, un año de anticipación. En marzo está casi todo listo y es más trabajo desarmarla que volver a empezar, los expositores tienen parcialmente paga su participación; están abonados los adelantos por el predio, los gastos de construcción, pasajes aéreos y más”, informó Califa a LA GACETA.
La FIL es un punto de encuentro para miles de lectores de todo el mundo y debería haberse iniciado el 30 de abril, de alguna forma lo hizo, pero por internet. “Este evento arma gran parte de la agenda cultural en la Argentina y en la región en lo que resta del año. Ahora estamos con ‘síndrome de abstinencia’, porque este tipo de eventos no se realizó en ninguna parte del mundo, pero nosotros encontramos la forma de llegar a los lectores”, añadió.
El año pasado los asistentes tuvieron más de 1.600 actividades para disfrutar y ahora pueden revivirlas gracias a las redes sociales: “siempre hacemos actividades virtuales, ahora llegaron para quedarse. Hicimos un mapa interactivo con más de 500 librerías en el país que hacen envíos a domicilio. Relanzamos el canal FeriaLibro en YouTube y tuvimos una duplicación de visualizaciones en apenas una semana. Ahora estamos presentando una propuesta de programa cultural diario con videos y podcasts, con material de archivo o producido especialmente para esta ocasión”, explicó Califa.
Las actividades están disponibles en la página web de la fundación www.el-libro.org.ar junto con el cronograma día por día. Hay actividades para los lectores y expositores de todas las edades que extrañen la Feria del Libro y quieren vivirla desde su casa.
Los chicos leen
La Feria del Libro de Buenos Aires es la segunda más grande de habla hispana, detrás de la que se realiza en Guadalajara, México. Cada año reúne a miles de jóvenes que se reúnen con sus autores e influencers literarios favoritos, incluso este evento, muchas veces, es el que permite que se conozcan en persona por primera vez.
“Comenzamos a planificar todo desde octubre y teníamos casi todo listo. Se extraña el reencontrarse con decenas de jóvenes que comparten literatura en redes conocidos como BBB (Bloggers, Bookstagrammers y Booktubers)”, comentó Cristina Alemany, coordinadora de la comisión de actividades juveniles a LA GACETA.
Volver a replantear las ideas para realizarlas on line supuso mucho trabajo, mientras tanto los jóvenes organizaban lecturas conjuntas por redes para luego debatir por redes sociales el libro leído. “La respuesta del público es lo mejor. Los libros siempre ayudan y son muy importantes, quizá ahora estemos más dispersos y preocupados. Pero las historias siempre están presentes”, enfatizó.
Hoy a las 18 se publica la primera actividad de la movida juvenil con una charla entre las autoras argentinas Victoria Bayona, Tiffany Calligaris y Anna Franco donde hablan con Alemany sobre bloqueos de escritor, rutinas de trabajo, tipos de narradores y construcción de personajes, entre otros temas.
Punto de encuentro
Los asistentes periódicos de este evento lamentan perder su lugar de reunión anual con sus amigos. “Siento mucha nostalgia por lo que no vamos a poder vivir, esperamos la Feria durante meses incluso desde los días después a que finaliza. Ya llegará el momento de volver a disfrutar con nuestros amigos y hablar de libros por horas”, sostiene Dewars Bracho, un influencer literario de Venezuela que se mudó al país hace tres años para vivir la FIL más cerca.
“Los libros en el aislamiento nos permiten aprender y escaparnos en el buen sentido. Las noticias que recibimos estos días superaron la ficción y perderse en las páginas de un libro ha sido nuestro refugio contra tanto alboroto. Son nuestra herramienta para que la mente siga trabajando en estos momentos de tanta incertidumbre. Hay que aprovechar el tiempo en casa y los horarios más descontracturados para leer”, recomendó.
Álvaro Garat, influencer literario próximo a lanzar su primer libro, recomendó sumarse a las actividades virtuales. “La literatura resultó ser una compañera increíble en este tiempo. Los libros no sólo son puentes, sino también son naves y cielos nuevos, los necesitamos para sobrevivir a la realidad. Más aún cuando nuestro mundo estos días tiene siempre las mismas paredes, ventanas y personas, ni hablar si uno pasa el aislamiento solo”, analizó.
Las actividades que llegan a diario desde la FIL argentina acompañan a miles de lectores que dejan volar su imaginación y se convierten en parte de miles de historias. Este año, también se celebraría la edición número 30 de la Feria del Libro Infantil y Juvenil entre septiembre y octubre. Este evento ya había sido suspendido por primera y única vez en 2009, en medio de la pandemia de la gripe A (H1N1).
A pesar de estar en casa los lectores dejaron claro su mensaje: en el aislamiento social obligatorio los libros permanecen más abiertos que nunca.