Orgullo por un lado, polémica por el otro. La relación profesional entre un padre entrenador y un hijo futbolista no es frecuente, pero tampoco es ajena a la realidad de muchas figuras que dejaron sus huellas a lo largo de la historia en este deporte. Casos hay muchos. Algunos trascendieron más que otros por la importancia de sus protagonistas. Están los que nadie discute y los que suelen ocupar el centro de la escena a la hora de los cuestionamientos.
River es un caso emblemático. El último ejemplo lo protagonizó Marcelo Gallardo, quien hizo debutar en la primera del “Millonario” a su hijo Nahuel. El mayor de los tres hijos del “Muñeco” es lateral izquierdo, aunque también puede jugar de marcador central. Arrancó en la Novena y debutó en Primera el 29 de octubre de 2017, en un partido frente a Talleres por la Superliga en el que el entrenador puso un equipo conformado por juveniles. Nunca tuvo grandes oportunidades y por eso decidió buscar nuevos rumbos: se incorporó a Defensa y Justicia. “Si está acá es porque ha hecho méritos, yo no le regalo nada a nadie”, aseguró el entrenador sobre su hijo cuando lo dirigió.
Antes, Ramón Díaz hizo debutar a su hijo Emiliano cuando arrancaba su carrera de futbolista en River. El menor de los Díaz no triunfó como jugador y en 2010 se retiró de las canchas, mientras jugaba para All Boys. Inmediatamente se sumó al cuerpo técnico de su padre y, desde entonces, es asistente del “Pelado” en todos los equipos que dirige.
Diego Simeone llevó a Giovanni cuando fue el entrenador del “Millonario”, en 2008. Si bien no llegó a dirigirlo en Primera, estuvo cerca de él hasta que formó parte del plantel profesional en 2013. Al poco tiempo se marchó a Banfield y actualmente juega en Fiorentina, de Italia.
Ángel Labruna es uno de los máximos ídolos de River y luego de salir campeón como técnico en 1976, cortando una racha de 18 años sin títulos, promovió a Primera a su hijo Omar en lo que fue uno de los casos pioneros en el fútbol argentino.
La familia Maldini es una de las más tradicionales del fútbol italiano. Cesare defendió la camiseta de Milán 12 años, y más tarde lo haría como entrenador. Paolo estuvo 25 temporadas defendiendo la misma camiseta. Además, Cesare fue el entrenador de su hijo en Milán, en la selección Sub 21 y la absoluta italiana.
Si de figuras consagradas se trata, España tiene su propio clásico. Jordi Cruyff fue entrenado por su padre en 1996, en Barcelona, el último año que Johan Cruyff dirigió al club catalán desde el banquillo. En Real Madrid. Zinedine Zidane promovió a Luca, uno de sus hijos. El francés le dio la titular en el arco “merengue”, algo que no sucedió con otros técnicos.