La Fiscalía Especializada en Homicidios I requirió la elevación a juicio en contra Luis Ángel Ramis, acusado de matar a María Vigiani el 4 de diciembre del año pasado. Sobre el joven, de 28 años, recayó la imputación de homicidio doblemente agravado por alevosía y codicia, lo que contempla una pena de prisión perpetua en caso de condena.
Según la acusación de la Fiscalía, ese día, el imputado habría estrangulado a la víctima con una cuerda para no pagar un boleto de compraventa y quedarse con una vivienda de calle San Martín al 2.600, en el barrio de Villa Lujan, en capital. “Con el fin de obtener un beneficio económico”, señaló el informe.
El caso
En el requerimiento de elevación a juicio, presentado por la fiscal Adriana Giannoni, se hizo referencia a que, alrededor de las 20, Ramis y Vigiani habían arribado a una escribanía de calle Lamadrid al 400 para firmar un boleto de compraventa por un poco más de $ 500.000. A través de ese papel, la mujer vendía al muchacho el departamento donde vivía.
En la investigación se logró establecer que, luego del acto legal, ambas personas se habían dirigido a ese domicilio en la camioneta del joven. Allí, se iba a concretar el pago del dinero, como lo habían acordado. Sin embargo, Ramis tuvo la intención de quedarse con el inmueble sin desembolsar “un peso” y, por eso, golpeó a Vigiani en la cabeza dejándola desconcertada. La víctima intentó ahí defenderse y lo rasguñó, pero no pudo evitar que el supuesto homicida la siguiera agrediendo.
La muerte
Ramis utilizó una soga para ahorcar a la mujer en el suelo hasta quitarle la vida. “Ramis premeditó y planeó todo su accionar, ya que llevó la cuerda con la que ahorca a la víctima y lleva el plástico que coloca por debajo del cuerpo”, expresó el informe oficial. El acusado colocó un plástico negro debajo de Vigiani para que la sangre no se esparciera por el piso y así deshacerse más tarde del cuerpo.
Con ese escenario armado, el imputado se retiró del lugar. Pero los vecinos, al notar que el auto de la mujer seguía en la vereda, intentaron contactarla mediante mensajes de textos. Previniendo eso, el muchacho se había llevado el celular de la fallecida y con el artefacto en mano intentó ocultar el hecho. Envió mensajes haciéndose pasar por ella diciendo que “no se preocuparan, que había vendido la casa y que haría un viajecito”. “Dejé el auto afuera porque no andaba”. “El comprador de la casa se encargaría de guardar el vehículo”, fueron los otros mensajes.
Durante la pesquisa, los investigadores analizaron una serie de evidencias, como cámaras de seguridad de las casas de la zona, testimonios de vecinos y familiares, capturas de pantalla del grupo de WhatsApp, pruebas de ADN positivas o fotografías. En particular, se pudo establecer que la muestra de ADN obtenida en la mano derecha de la víctima correspondía con el perfil genético de Ramis, como también rastros genéticos de Vigiani en ropa y otros artículos del sospechoso. Estos elementos sirvieron a la Fiscalía para acreditar la hipótesis central.
La versión
Tras el crimen, una persona se hizo presente en la seccional Séptima mostrando algunas heridas. Ramis, con 27 años, denunciaría en la dependencia policial que vecinos habían intentado ingresar a la propiedad que había comprado a Vigiani. Sin embargo, en esos momentos los habitantes de la cuadra también advertían en la comisaría que desde la noche anterior “no veían a la señora” de esa misma residencia.
Los policías llegaron a la zona de San Martin al 2.600 y accedieron a la propiedad de Vigiani por el fondo. Lo hicieron a través de la casa de una vecina. La mujer yacía en el suelo en la zona del living, con la boca amordazada. Al salir, los policías se dieron con que el sospechoso se había retirado. Ramis había acompañado a los uniformados hasta el sitio del hecho. Los agentes lo interceptaron instantes después frente a su domicilio, en calle Mendoza al 2.500.