Los cultivos de garbanzo en nuestra provincia -y, por supuesto, en el país- presentan serios problemas. Desde el nacimiento hasta la fecha están soportando una falta de humedad muy importante. Así lo consideró Oscar Vizgarra, técnico del programa Legumbres Secas de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc).

“En general arrancaron con muy poca humedad; y a pesar de esto el productor se largó a sembrar. Se estima que en Tucumán se sembraron unas 10.000 hectáreas, de las cuales cerca de un 30% son lotes en situación muy difícil, debido a la sequía y a las heladas que se dieron, que complicaron aun más la situación”, añadió el experto.

Lamentó que los garbanzos hayan partido con poca humedad, y con intensos fríos desde temprano; con heladas en mayo y el mes pasado. “Estas últimas afectaron mucho las plantas, con pérdidas muy importantes de flores”, señaló.

Según añadió, en Salta y en Santiago del Estero la situación es incluso más difícil, porque los fríos fueron mayores. “Este es un año para el olvido, con poca humedad y con mucho frío. Pero, por sobre todo, con los impedimentos de la pandemia de la covid-19, que hizo que los cultivos tengan poca asistencia, no sólo por parte de los técnicos, sino también de los productores”, afirmó. Agregó que esta situación afectó mucho en las aplicaciones y labores culturales, que se debieron hacer en tiempo y en forma, y eso no ocurrió, debido a la situación sanitaria.

“Y esto no termina ahí, sino que también hay problemas de insectos, como la presencia de helicoverpa y la mosquita barrenadora del garbanzo de reciente aparición”, agregó.

Consideró que la situación es bastante crítica, con plantas muy quedadas y de escaso desarrollo; a su criterio, se trata de una de las campañas más pobres del cultivo, a raíz de los efectos negativos que tuvo. “Esta situación se está dando en casi toda el área de producción de garbanzo del país; en Córdoba se están registrando importantes perdidas”, detalló. No obstante, admitió que en las zonas de riego del país en general están mejor.

A modo de resumen, resaltó que el garbanzo está muy dañado por la sequía y por el frío, y que no se llegó a sembrar la superficie estimada en su momento: “sólo se sembraron unas 10.000 ha en Tucumán; unas 17.000 ha en Córdoba; unas 15.000 ha en Salta y unas 12.000 en Santiago del Estero; algo en Pergamino y en Santa Fe”.

Dijo que se espera que algo de lluvia durante este mes pueda solucionar algo la situación. “En ciclo de cultivo se dieron algunas lloviznas, de casi nula envergadura; de 1 mm a 2 mm de agua. Prácticamente nada. Las pérdidas a la fecha son importantes, pero hay que esperar que el ciclo de cultivo finalice para sacar conclusiones firmes”, mesuró.

No obstante, insistió en que será un año para el olvido; muy pobre para esta legumbre y nunca visto en los 18 años que se produce este cultivo. “Quiero destacar de que a pesar de todas las vicisitudes por las que esta pasando el garbanzo este cultivo tiene una característica muy interesante, que es que tiene una floración muy extendida, de hasta 45 días. Esto le da cierto margen. De todos modos, las heladas que más lo afectan son las más tardías, que se dan a fines de agosto y en setiembre”, advirtió.

Indicó que los intensos fríos del mes pasado afectaron flores y algunos cascabullos ya formados; pero con la característica del garbanzo de reflorecer le dará otra oportunidad de finalizar mejor el ciclo. “Esta virtud que tiene este cultivo le dará otra oportunidad. Sólo esperemos que llueva y que no se produzcan nuevas heladas”, se esperanzó Vizgarra.