Después de la fracasada elección del Colegio de Jueces de la Capital -ayer lograron tener autoridades porque una de las listas se bajó-, el Tribunal de Impugnación también eligió sus autoridades. En una reunión virtual efectuada este viernes se designó como presidente al magistrado Carlos Caramuti y como vicepresidente a Eudoro Albo.
A diferencia del otro cuerpo colegiado, no tuvieron inconvenientes con el Zoom y hubo unanimidad a la hora de elegir a sus representantes, cuyo mandato regirá temporariamente hasta que se sumen los otros 5 integrantes del Tribunal de Impugnación. Pero, y al igual que el Colegio de Jueces, tuvieron una sesión un tanto movida por ciertas discrepancias, aunque el acta oficial nada mencionó al respecto (ver por separado).
No discutieron sobre los nombres, sino sobre el escándalo que afecta a la Justicia tucumana después de la denuncia que el camarista Enrique Pedicone hiciera contra el vocal de la Corte Suprema Daniel Leiva, a quien acusó de sugerir actuar de cierta manera en una causa.
Rifirrafe de camaristas
Caramuti y Albo recibieron el apoyo de Pedicone y de Facundo Maggio. El flamante presidente de la institución, no obstante, debutó con un rifirrafe con el mismísimo denunciante de Leiva.
Al inicio de la reunión, Pedicone agradeció que lo hubieran invitado y, posteriormente, ratificó su compromiso de avalar la presidencia de Caramuti y la vicepresidencia de Albo, no obstante, se tomó algunos minutos para aclarar que le hubiera gustado que el presidente hubiera opinado sobre el escándalo que traspasó las fronteras provinciales.
Con tono encendido, Caramuti le respondió que no podía hacerlo porque la causa en cualquier momento podía llegar hasta sus despachos y, si opinaba, podría quedarse afuera si fuera recusado. “Enrique, yo respeto tu forma de defender a la Justicia. La mía es manteniendo mi independencia y mi imparcialidad. Esa causa puede llegar al Tribunal de Impugnación y, por lo tanto, prefiero mantenerme no contaminado con la causa”, explicó Caramuti.
Pedicone también levantó el tono de su voz y protestó: “no pretendía que salga a defender a Leiva o a mí, sino que actuara porque el vicegobernador (Osvaldo Jaldo) públicamente vulnera al Poder Judicial, y ferozmente me ataca. Y de eso no no se puede salvar”, le dijo dirigiéndose a Caramuti. “Lamento esto y, sin ningún remordimiento, me voy”, expresó Pedicone y se retiró de la reunión sin que antes cada uno de los presentes le arrojaran un “adiós, doctor”.
No fue el único enfrentamiento que tuvo el camarista durante la elección de autoridades del Tribunal de Impugnación. Testigo presencial del encuentro fue la funcionaria Mariana Merletti, directora de la Oficina de Gestión de Audiencias (OGA).
En uno de los capítulos iniciales de la sanción que la Corte le hizo a Pedicone, Merletti había clausurado el recinto de audiencias y Pedicone terminó en el pasillo, lo que le valió el apercibimiento. Ayer dijo que la actitud de Merletti cerrándole la puerta a un juez por un llamado (de un vocal de la Corte) le pareció “patético”.
El respeto a las damas
En otro pasaje de la sesión, Pedicone expresó su disconformidad con que Merletti estuviera participando del Zoom. En el acto reaccionó el camarista Maggio, quien muy molesto sentenció: “no le voy a permitir que le falte respeto a una dama. Usted está hablando mal de la doctora Merletti”. Pedicone, ipso facto, le respondió: “no estoy hablando mal de la doctora Merletti, pero vos, ¿por qué no la trataste así a una dama como Roxana Teves cuando eras querellante?”, refiriéndose a una causa en la que fue denunciado el ministro fiscal Edmundo Jiménez que, a la sazón es pariente de Maggio. “Respete a las damas, respete a la Justicia, respete a Roxana Teves”, insistió Pedicone.