El desenlace había sido anunciado, pero esta violencia extrema no puede quedar en manos de la gente. Una cosa es hacer una protesta, salir a la calle, y otra es haber ido como lo anunciaban a hacer lo que finalmente hicieron. No podemos naturalizar desbordes de este tipo. No puede ser que la gente llegue primero con la intención de hacer justicia, que no es la forma, yendo por delante del Estado. La Policía sabía que ese era el propósito de los vecinos, que habla del hastío, cansancio, angustia y tantos sentimientos que la gente en general tiene. Lamentablemente, tomaron esa opción para apagar un hecho de violencia tan extrema, porque Abigail ha sufrido una violencia extrema en soledad e indefensa. En el caso no se actuó a tiempo, no se trabajó, no se previno ni se acompañó desde un primer momento como se debió hacer. Por eso la gente reaccionó mal. Como sucedió con casos anteriores, hay una ruptura de la confianza hacia los poderes del Estado.
No se actuó a tiempo, no se previno
Por Melitón Chávez, obispo.
OBISPO. José Melitón Chávez presidía la diócesis de Concepción. LA GACETA / FOTO DE Osvaldo Ripoll