Escuchar al padre de Abigail

Por Agustín Acuña, defensor oficial.

Pablo Riquel, papá de Abigail Pablo Riquel, papá de Abigail ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI
23 Octubre 2020

Es decepcionante, triste, lo que pasó. Matan por mano propia. Estamos retrocediendo como humanidad, nos matábamos en el paleolítico y ahora volvemos con la justicia por mano propia. No estamos haciendo bien las cosas ni la justicia, ni la policía, ni ninguna de las instituciones. Quizá no se llegaba a esto si la ayuda del Estado aparecía antes, pero no hay que tomar esto como un hecho aislad2o. Nos invita a pensar qué hicimos mal. Hay que escucharlo al padre de Abigaíl y su queja de que no le prestaron atención porque es pobre. Cada uno habla desde lo que le toca, pero insisto en que algo debemos estar siendo mal. No podemos dejar de tener un Estado de Derecho, o hay que sincerarse y decir pongamos pena de muerte, pero no es tan facil ni es el camino, ni aquí ni en ninguna parte del mundo. Debemos entender que está mal lo que pasó,legal y moralmente. Hace falta que pongamos las cosas más en claro. Desde nuestro lugar de trabajo en la Defensoría todos los días ponemos el profesionalismo al servicio del defendido, y la gente paga impuestos y con eso nos pagan el sueldo. Aquí la cuestión de la educación y de la concientización son fundamentales. El ciudadano debe entender que no es tan así que el delincuente entra por una puerta y sale por la otra. Tampoco es cierto que la gente de escasos recursos no entienda. Todos entendemos si nos explican las cosas bien. Pero no se puede hacer cualquier cosa ni subestimar. Si uno se manda una macana debe saber que goza de garantías constitucionales, que son para todos. Ahora se dice que este hombre tenía 19 causas en trámite y ninguna sentencia, y es la Justicia la que queda mal con eso. Ojalá algo así no se repita nunca, pero no podemos permitir que prime la ley de la selva.

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