Martín Guzmán respira. El ministro de Economía había escuchado la semana pasada la preocupación del presidente Alberto Fernández frente a la estampida del dólar. El jefe de Estado le había pedido que diseñe una estrategia para detener la cotización en un plazo de 15 días. En la semana que pasó, el “blue” cayó un 14%. Entre la acción de los intermediarios o las denominadas “manos amigas” en el mercado y la colocación de títulos públicos, el Palacio de Hacienda pudo bajar las cotizaciones de los dólares financieros y también del valor informal. El Palacio de Hacienda sacó de la plaza $ 254.671 millones a través de cinco instrumentos financieros con el fin de restarle presión al mercado de cambios. Por caso, el bono dólar linked, consiguió suscripciones por el equivalente a U$S 1.660 millones. “Esto permite reducir la dependencia de la emisión monetaria para financiar el déficit fiscal que genera la pandemia y facilita el camino a la estabilización económica”, había señalado el ministro de Economía. En el Gobierno nacional esperan que la tendencia a la baja del dólar se sostenga, al menos hasta la llegada de la misión del FMI, a mediados de noviembre.
Un alivio para la estrategia de Guzmán