El Parlamento español aprobó la ley que despenaliza la eutanasia y el suicidio asistido, lo que convierte al país en uno de los pocos en el mundo que permitirá a un paciente incurable recibir ayuda para morir y evitar sufrimiento.
La ley entrará en vigor después de tres meses y convertirá a España en el cuarto país europeo que permite la muerte asistida, además de Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo.
Prevé que toda persona con “enfermedad grave e incurable” o padecimiento “crónico e imposibilitante” pueda solicitar ayuda para morir y así evitarse “un sufrimiento intolerable”.
Asimismo, impone estrictas condiciones, como que la persona sea capaz y consciente al hacer la petición, que debe formular por escrito y repetir 15 días más tarde. El médico podrá rechazarla si considera que no se cumplen los requisitos, y debe ser aprobada por otro médico y por una comisión evaluadora. (Télam)