Romy Griffiths, es un niño de West Midlands, en las afueras de Birmingham, Inglaterra que fue atacado salvajemente en el sofá de su casa por el perro de la familia, un Bull Terrier que casi provoca su muerte.
La mamá del niño, Jodie Griffiths de 35 años, publicó las impresionantes fotos del rostro en sus redes sociales para lograr concientizar y advertir sobre la peligrosidad de estas macotas, ya que son perros fuertes y violentos. Griffiths contó que el 27 de diciembre del 2021, estaba en su trabajo cuando recibió la llamada desgarradora de su pareja de que su hijo había sido mordido gravemente. El pequeño y sus hermanos habían estado jugando en el living con unos helicópteros voladores mientras Blizzard, el perro de la familia de ocho años, dormía en el sofá cercano. Al ver los juguetes volando el perro enloqueció: con un solo mordisco le desfiguró la cara al niño, quien sufrio graves consecuencias, desde laceraciones profundas en la nariz y la cara, hasta la mandíbula fracturada e incluso dientes perdidos por el ataque.
Cada vez que suceden estas situaciones de riesgo con las mascotas del hogar, es común oír que esas reacciones no solían ser común en el animal. En este caso, los padres de Romy dijeron que el perro era el "mejor amigo" de su hijo y jamás había sido agresivo, dejándolos convencidos de que el juguete volador lo había despertado sobresaltado y por eso se abalanzó sobre la cara del pequeño en estado de shock.
Tras el hecho, los agentes de policía acordaron que lo que había sucedió era un "accidente", entonces la familia decidió quedarse con el animal pero tomando recaudos necesarios. Sin embargo, la madre cambió de opinión y sostuvo que nunca más podría confiar en el animal adentro de su casa, por lo que fue entregado a una institución para que lo reubiquen.