¿Qué impacto puede llegar a tener el encarecimiento del dólar en la economía nuestra de cada día? La respuesta puede explicarse de una manera sencilla: más inflación. Cuando un producto escasea, se exacerba su demanda y, evidentemente, todo esto repercute en precio. A la corta o a la larga, en un extremo o en el otro, todos pagan la cuenta. Así, con la multiplicidad de tipos de cambio, un fenómeno que sólo se observa en la Argentina y en ninguna otra parte del mundo, la divisa estadounidense se tiñe de azul, con valor que llega a duplicar la cotización oficial que, a la postre, es ficticia. Frente a las cada vez más escuálidas reservas del Banco Central, el Gobierno se ha dedicado a instrumentar innumerables cepos al dólar. La capacidad de invención del Estado, en medio de fuertes restricciones para el acceso de ahorristas a una de las formas más tradicionales de resguardo de capital, llega a tal punto que ahora ha impuesto otras variantes para las operaciones con moneda extranjera. El “dólar Qatar”, cuyo valor rondará los $ 300 por unidad, le pone un nuevo piso al “blue” o informal que, hasta ahora, cuesta $ 280 por unidad.

La nueva vuelta de turca del “dólar turista” se aplicará para consumos con tarjetas de crédito y débito superiores a U$S 300 mensuales, pasajes al exterior y paquetes turísticos. A estos consumos se aplicará una percepción adicional a cuenta de Bienes Personales del 25%. Aquellos consumos inferiores a U$S 300 mensuales continuarán pagando $ 262, correspondiente al tipo de cambio oficial más el Impuesto PAIS y la retención del 45% de Impuesto a las Ganancias.

Los analistas del mercado aguardan que, tras las decisiones de política cambiaria, el paralelo pegue otro salto y se ubique en la misma zona del “dólar Qatar” que, antes de su debut, se ha convertido en el valor de referencia. Si esto resultara poco, los operadores aguardan además el dato de inflación que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) difundirá este viernes. El cóctel se completa con una probable suba de tasas de interés por parte del Central, de tal manera que todo esto llevaría a desnudar el escenario de la tan temida devaluación; si esta seguirá siendo leve y controlada (denominada técnicamente como “crawling-peg” o si, por el contrario, se producirá una aceleración de la depreciación del peso argentino respecto del dólar.

Tras el fin del sistema llamado “dólar soja”, el ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, profundizó un proceso de recolección de divisas para estabilizar las reservas internacionales del BCRA, en medio de fuertes turbulencias por la deuda en pesos. La inquietud se agudizó por la salida de dólares a través de la cuenta de Servicios que, en los últimos seis meses, han causado una sangría de no menos de U$S 5.600 millones, la más alta desde 2018. Según la consultora Invecq, dos tercios de ese desbalance se explican exclusivamente por el turismo y los pagos con tarjetas al exterior. Por eso, el Banco Central ha decidido aplicar más restricciones. El Mundial de Fútbol pasará, pero los problemas continuarán durante todo el verano.

La pospandemia ha motorizado el turismo interno en lo que va del año, independientemente de que la población esté padeciendo los efectos inflacionarios. La proliferación de arbolitos en la City tucumana es cada vez mayor. Hasta ayer, la cotización del dólar paralelo seguía en $ 280, pero los operadores informales señalaban que nada hace prever que, en una Argentina tan cambiante, ese precio se mantenga. Lo que sí aseguran es que hay stock de billetes estadounidenses, de caras chicas y también grandes. Lo peor que le puede pasar a aquellos que decidan veranear en el país es que se dispare el valor de los alquileres, particularmente en la costa atlántica. Frente a esa posibilidad, Brasil asoma como un destino deseado. En el mercado local aún no aparecieron los reales, pero en las fronteras llega a cotizarse hasta $ 60 por billete brasileño, tomando también la cotización “blue”.

La cuestión de fondo es saber cómo llegamos los argentinos a diciembre. Seis de cada 10 ciudadanos nacionales sondeados por la consultora Analogías consideran que se están ajustando la economía y los ingresos reales, ambos a la vez. Como se puede observar en el gráfico, la estadística pública indica que la economía está creciendo al 6% interanual en julio; los salarios reales de los trabajadores registrados y no registrados están cayendo al 1,5% contra julio de 2021, y los salarios promedio registrados por el SIPA están creciendo a 2% interanual en junio. De modo que la heterogeneidad en materia salarial, combinada con una insuficiente recomposición real sólo entre los trabajadores mejor remunerados, compone un cuadro de insatisfacción en el que parece no ponderarse la recuperación económica que ubica en julio la economía 7 puntos arriba de lo que dejó el gobierno de Mauricio Macri, habiendo atravesado la pandemia y el shock de precios internacionales producto de la invasión rusa a Ucrania, plantea. Casi el 60% de los entrevistados prefiere la estabilización de precios y tipo de cambio al sostenimiento de la tasa de crecimiento de la actividad. Este escenario desvela a la gestión del presidente Alberto Fernández que, a medida que pasan los días y se acerca el fin de mandato, más le cuesta conseguir reemplazantes para los ministerios.

Volare

No sólo el dólar se dispara hacia las nubes. También el vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo, Osvaldo Jaldo, ha emprendido vuelo y es probable que no esté toda esta semana en Tucumán. ¿Su destino? La primera escala será la Casa Rosada. Jaldo tiene una conversación pendiente con el jefe de Gabinete de la Nación, Juan Manzur, para analizar la fecha de convocatoria a elecciones provinciales. En un principio, se había previsto que los comicios sean realizados el domingo 11 de junio. De todas maneras, esa cuestión sigue abierta a la espera de una opinión del gobernador en uso de licencia. Mañana, Jaldo y Manzur partirán hacia Santiago del Estero, para asistir a otra asamblea de gobernadores del Norte Grande. El jefe de Gabinete necesita oxígeno político para continuar en la Rosada, en un octubre complicado para la gestión institucional y política.

El peronismo ya encendió la maquinaria electoral más allá de que el propio Jaldo haya advertido, la semana pasada, a varios miembros del gabinete que no se hablará de candidaturas hasta tanto se abra el calendario electoral. El tranqueño maneja algunos sondeos que ponen énfasis en los territorios considerados adversos hasta ahora por el oficialista Frente de Todos. En el caso de San Miguel de Tucumán, por ejemplo, esas encuestas encargadas por su entorno evidencian una diferencia de entre tres y cuatro puntos porcentuales respecto de Juntos por el Cambio (JxC), aunque sólo toma en cuenta signos y no probables fórmulas. Yerba Buena, Bella Vista y Concepción siguen siendo preferentemente radicales, pero el oficialismo montará estructuras para convertirlas en peronistas. Como una manera de marcar territorio, los referentes justicialistas salieron este fin de semana largo a pintar paredes, aceras y refugios desde Tafí Viejo hasta La Cocha. Casi como una paradoja del destino, las letras de esas pintadas son de color azul, como la del dólar que pone en vilo a la economía de un país volátil.