“Antes del torneo Brenda me mandó un mensaje y me dijo que no iba a poder venir”, contó Roberto Abraham. Ese mensaje lo emociona porque esa Brenda es nada más y nada menos que Brenda Fruhvirtova. Abraham fue uno de los tantos colaboradores en los tres torneos internacionales de tenis que se jugaron en Tucumán. Cuando todavía no había terminado su tarea en la tarde del domingo en la que finalizó el ITF W25 que ganó Paula Ormaechea, “Tober” -como es conocido en el ambiente del tenis local- le contó a LG Deportiva detalles como esos sobre las experiencias vividas.
Que la checa le haya avisado que no vendría al torneo es movilizante para él. La huella que dejó Fruhvirtova en Tucumán fue histórica y trascendió la geografía argentina. Aquí la jugadora ganó con apenas 14 años su primer torneo profesional y su triunfo alertó sobre el potencial de estrella que tiene, ya que hacía seis años nadie tan joven se consagraba. La checa pasó a ser la quinta jugadora del listado.
Son esos gestos los que guardan voluntarios y colaboradores de los grandes eventos deportivos internacionales. Abraham, como tal, considera ese aviso de la checa como un premio a todas las horas de trabajo que gozó. “Fue eso lo que más disfruté: tener mucho contacto con las jugadoras y hablar muchas cosas con ellas”, destacó “Tober”, que no tuvo barreras para comunicarse pese a que tiene una disminución auditiva y del habla.
A Abraham se lo vio en cada rincón del Tucumán Lawn Tennis. Controlar los elementos requeridos en las canchas, trasladar a jugadoras, árbitros y jueces fueron las tareas de cabecera. Pero su punto de concentración fue mayormente en la sala de prensa. Allí, con celular en mano, siempre estuvo atento a la invocación de su apodo, principalmente cuando la voz era de Mercedes Paz, capitana del equipo nacional femenino y organizadora del torneo, o la de Augusto Arquez, presidente de la Asociación Tucumana de Tenis.
La experiencia no sólo generó la satisfacción propia de alguien que ama el tenis; también le aportó a su trabajo como profesor que desarrolla en el club del Parque 9 de Julio. “El contacto con los entrenadores también fue importante. Con ellos pude intercambiar varias ideas. Además, hacía falta que Tucumán tuviera torneos de este nivel porque era lo que necesitaba la familia del tenis”, opinó Abraham.
“Espero que me llamen para noviembre”, anheló “Tober” con respecto a la Billie Jean King Cup, que se jugará el 11 y 12 del próximo mes. Méritos hizo para seguir sumando minutos de colaboración internacional.