A principios de septiembre se confirmaba un brote de Legionella en el sanatorio privado Luz Médica y se encendían las alertas por esta enfermedad hasta entonces poco conocida por estos lares. La preocupación respecto de si podía extenderse, las dudas sobre cómo apareció y el dolor por las muertes que provocó se mezclaron entre los comentarios diarios de una sociedad golpeada por la pandemia. Ahora, la posibilidad de que se haya detectado un nuevo caso, esta vez en un hospital público, volvió a generar temor y preocupación. La bacteria Legionella se descubrió después de un brote ocurrido en 1976 entre las personas que fueron a una convención de la Legión Americana en Filadelfia. La cantidad de casos notificados fue aumentando desde el año 2000.
Las bacterias Legionella existen naturalmente en el ambiente, por lo general en el agua. Se reproducen mejor en agua tibia y se encuentran con mayor frecuencia en fuentes de agua, tales como llaves de agua fría y caliente, tanques de agua caliente y agua en sistemas de aire acondicionado. También se pueden encontrar en sistemas de nebulización, fuentes decorativas y spas de hidromasaje. La mayoría de las personas que son expuestas a la Legionella no se enferman, pero hay personas que corren un mayor riego que otras. Hay factores que pueden incrementar los riesgos de enfermarse: tener 50 o más años; ser o haber sido un fumador; tener una enfermedad pulmonar obstructiva crónica o enfisema; tener un sistema inmunológico débil o tomar medicamentos para debilitar el sistema inmunológico; tener cáncer, o tener enfermedades subyacentes como diabetes, insuficiencia renal o insuficiencia hepática.
Cuando estalló la preocupación por los casos en Luz Médica, la propia ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, se involucró en la cuestión y hasta mantuvo reuniones con autoridades y especialistas de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos , dedicada a analizar el brote de legionella en un sanatorio privado de Tucumán.
“Queremos compartir la información sobre este brote para contar con una devolución y sus recomendaciones”, había dicho la funcionaria en aquel momento. Y agregó que, si bien no hay nuevos afectados, se continúa con el análisis retrospectivo y los estudios para poder clasificar todos los casos y hacer un cierre del brote.
Hoy, con la posibilidad de que en un hospital público se detecte un brote, sería pertinente poder informar claramente a la ciudadanía sobre por qué esta enfermedad apareció en aquel momento y quizás se replicó en otro establecimiento sanitario.
Son momentos en que como sociedad enfrentamos las secuelas de una pandemia que caló profundo en lo sanitario, en lo anímico y en lo social. La situación amerita poder llevar claridad para que, al mismo tiempo, haya tranquilidad y se tomen los recaudos adecuados en caso de que sea pertinente para poner un coto a situaciones angustiantes.