A pesar de que las lluvias empezaron a llegar, muchos especialistas afirman que aparecieron tarde y que las pérdidas de rendimiento, ya sea por la siembra realizada de manera tardía, siembra con poca humedad de suelo, cultivos nacidos y afectados por la falta de agua y por las altas temperaturas son una realidad y, por ende, los cultivos sintieron los efectos de la falta de agua.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) indica que a pesar de que las lluvias llegaron al castigado cultivo de soja, el potencial de rinde estimado no se despega de los 25 qq/ha estimados.
Aún hay muchas reservas sobre el impacto en rindes; en algunas localidades se habla de una mejoría de cinco o de hasta 10 qq/ha pero solo en los lotes muy buenos, que suelen representar entre 20 y 30% del área sembrada.
Las últimas precipitaciones permitieron una mejora en la condición de la soja de primera en la región núcleo: los lotes regulares a malos disminuyeron 20 puntos porcentuales; ahora totalizan 45%.
Y aumentaron los que estaban en buenas a muy buenas condiciones, al pasar de ser 40% los lotes buenos y 15% los que están muy buenos; pero el agua le llegó tarde, concluyen muchos técnicos.
En lo que respeta al maíz, este mismo informe indica que las posibilidades productivas del maíz tardío en la denominada Región Núcleo se reavivaron. El cultivo que buscaba escapar de la sequía con la estrategia de siembras tardías estaría a salvo.
El promedio del maíz tardío para la región es de 93 quintales por hectárea (qq/ha), por lo que el tardío tendría un daño de 22%, lejos del 73% de merma del maíz temprano (sembrado en setiembre y octubre).
Muchos de los tardíos sembrados a fines de noviembre han mostrado menos recuperación y están en condiciones malas a regulares (15%); en cambio, las siembras de diciembre han reaccionado muy bien y son las de mayor potencial, resaltó el informe.
Donde el cultivo no se perdió, estos milímetros solo sirven para llenar los granos, completó la BCR.
En lo que respeta a las exportaciones, la sequía hace sentir sus efectos en los primeros números para el 2023, ya que las operaciones de los principales complejos agro podrían caer un 20%”.
El cálculo para las seis principales cadenas agroindustriales (soja, maíz, trigo, cebada, sorgo y girasol) es de un comercio exterior por U$S 33.913 millones, casi U$S 8.000 millones por debajo de los U$S 41.652 de 2022.
El tercer año consecutivo de efecto Niña que transitamos impacta de lleno en la humedad de los suelos argentinos, afectando los rindes y los porcentajes de hectáreas perdidas. No conforme con ello, la lenta transición hacia la neutralidad climática sigue golpeando a la venidera campaña gruesa y su potencial productivo, señala el informe mensual de la entidad rosarina.
Por otro lado, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires indica en su último Panorama Agrícola Semanal (PAS) que la cosecha de planteos tempranos de maíz en las provincias de Santa Fe y Entre Ríos refleja rindes por debajo de las expectativas iniciales, producto del estrés termo-hídrico que sufrieron gran parte de los cuadros.
Como es tradicional, las provincias de Entre Ríos y Santa Fe suelen ser las que le dan el puntapié inicial a la cosecha gruesa, con la recolección de los primeros lotes de maíz. En esta oportunidad, los resultados revelan rendimientos malos a medida que las trilladoras trabajan. Así se confirman las pésimas expectativas productivas a raíz de la sequía.