“Bajando el puente (de la ruta 9) del río Tapia, hacia cada lado hay un sendero. Uno de ellos tiene mucha vegetación y es complicado transitarlo. Siguiendo ese camino, cubierto por los arbustos y bajo unos árboles estaba el cuerpo. Sabíamos que había una persona desaparecida pero a la vista no era posible reconocerla por el avanzado estado de descomposición”, explicó el policía Franco Aparicio, quien trabajaba en la división Delitos Rurales cuando un ciclista llamó al 911 para informar que había encontrado un cadáver. El cuerpo, que fue encontrado el 13 de julio, pertenecía al jubilado Manuel Mohamed (79 años), quien llevaba cinco días desaparecido.
Ayer, en el juicio, comenzaron a declarar los peritos y efectivos que trabajaron en la investigación del crimen. Luis Carlos Valdez está acusado de homicidio simple porque habría matado a Mohamed mediante un golpe con una piedra en la cabeza el 8 de julio. La Fiscalía y la querella piden una pena de 20 años de prisión. El debate está a cargo de los jueces Elizabeth Raddi, Soledad Hernández y Facundo Maggio.
El perito Esteban Ezquer, del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF), brindó aun más precisiones sobre el lugar y las circunstancias en las que se encontró a la víctima sin vida. Se exhibieron imágenes muy crudas para mostrar el deterioro que había causado la descomposición y la naturaleza en el cuerpo, a pesar de que la auxiliar fiscal Luz Becerra advirtió a los familiares que era necesario para la teoría exponer este punto, los familiares de Mohamed optaron por quedarse en la sala y presenciar también el detalle de la pericia.
Ezquer señaló puntos del terreno en los que hallaron salpicaduras de sangre, explicó que sobre los restos esqueléticos se percibía que la víctima había sufrido un fuerte golpe en la frente y el pómulo y remarcó que a pocos metros hallaron una piedra de más de 5 kilos manchada con sangre, ese elemento fue marcado como la prueba “D” y el perito reconoció ayer la roca, que sería el arma homicida.
Análisis de cámaras
El día del hecho, Mohamed salió en su auto Fiat Cronos hacia la farmacia, pero nunca regresó. Además de buscarlo en hospitales, la Policía se centró en localizar el vehículo. Finalmente un vecino informó que el auto estaba estacionado desde hacía un par de días en el pasaje Berho, frente al complejo Muñoz. La Policía consiguió cámaras de seguridad que captaron que un sospechoso había estacionado el vehículo primero en pasaje Madrid y Balcarce y luego en Balcarce al 1.400; esas imágenes fueron analizadas por Cristian Rodrigo Vázquez y por Juan Gabriel Martínez, ambos de ECIF.
Si bien no señalaron abiertamente a Valdez, describieron al sospechoso que fue captado por las cámaras como una persona muy similar en contextura y rasgos al imputado.
Prueba “blue star”
Al revisar el auto, el efectivo Franco Guzmán González explicó que a la vista se veía tierra sobre un asiento. Ezquer, que practicó las pericias, confirmó esa información y agregó que al aplicar la prueba de blue star, que se usa para buscar restos de sangre que hayan sido lavados, la pericia dio positivo: partes del torpedo del auto, del volante y de los asientos se tornaron color fluorescente.
Investigan las falsas informaciones
La policía Maricella Maldonado contó que tras la denuncia por desaparición que hicieron los hijos de Manuel Mohamed, ella trabajó en buscar indicios sobre el paradero de la víctima y/o del auto. “La familia recibió un llamado de un supuesto secuestrador que exigía plata para liberar al señor, pero rápidamente notamos que la foto que les enviaron de la víctima era un montaje. Documentamos ese hecho y se abrieron actuaciones complementarias; desconozco cómo siguió esa investigación porque corresponde a otra unidad”, explicó. Maldonado señaló que recibieron falsas informaciones que desviaban la búsqueda. “Nos aseguraban que lo habían visto en Bella Vista”, dijo.