Morir por amor. El punto más alto de cualquier relato romántico sirve no sólo como mensaje de sacrificio extremo por la otra persona, la destinataria del corazón, sino también como intento de redención de todo mal causado en vida. El final de una existencia, por más larga y tortuosa que haya sido, deja así el legado de que cada ser tiene más de una sola forma de ser entendido.
Esta noche hace su escala tucumana en la gira nacional de despedida “Drácula, el musical”, la gran obra que abrió una etapa de oro del género en el país hace ya 32 años y que bajará de los escenarios. La creación de Pepe Cibrián Campoy y Ángel Mahler ocupará el teatro Mercedes Sosa (San Martín 479) desde las 21, con un elenco encabezado por Juan Rodó, quien fue el que la estrenó en 1991.
No es exagerado decir que la obra es “hito y leyenda activa del teatro musical argentino, uno de los más importantes en la historia escénica nacional”, como se anuncia en sus promociones. Cinco temporadas en el Luna Park; dos en el Teatro Ópera de Buenos Aires y otras dos en el Astral porteño, más recorridos por todas las provincias más de una vez y funciones en Brasil, Chile y España redondean más de tres millones y medio de personas que fueron parte de esta experiencia artística.
La historia que se cuenta es conocida, inspirada en la novela de Bram Stoker. Comienza con la llegada de Jonathan Harker a Transilvania, enviado por la firma Hawkins para escriturar las propiedades compradas por el conde Drácula en la ciudad inglesa de Whitby, donde lo espera su prometida Mina Murray, quien siente que algo extraño está pasando. Harker queda atrapado en el castillo y Drácula parte a Inglaterra donde se encuentra con Lucy -la prometida del primo de Mina, lord Arturo-, y decide convertirla en vampiro.
Cuando el conde conoce a Mina, la identifica como la mujer que amó 500 años atrás y decide reconstruir el vínculo, pero sabe que su dependencia por la sangre hará que todo termine mal. Entonces decide dejarla libre y sacrificar su inmortalidad, dejando que lo atrapen. Ella vive, él muere, el amor vence.
“Siempre es un placer el poder montar ‘Drácula’ en un teatro tan cómodo como el Mercedes Sosa. Disfrutamos mucho ya que se ve y se escucha excelentemente bien”, le dice Mahler a LA GACETA. En la función tucumana no estará su orquesta de 30 músicos que interpreta su partitura en vivo, sino que se trabajará con una grabación de alta calidad.
- ¿Qué cambios hay en la puesta en esta despedida final, si los hay?
- Al ser una obra que nació anhelada, pocos cambios se han hecho desde su estreno allá por 1991. Claro que toda la técnica ha cambiado mucho y eso la transforma en una obra actual más allá de los años que tiene. Es que, a mi modesto juicio, la historia de amor que incluimos con Cibrián le dio el toque distintivo y un desenlace espectacular. Nunca se había tratado el tema “Drácula” de esta manera. Sólo en 1993, dos años después de nuestro estreno, Francis Ford Cóppola incluye el lado romántico del personaje en su película.
- ¿Cómo llega a esta despedida el elenco?
- Ya no quedan lágrimas. Ha sido una experiencia extraordinaria para todos. El elenco, los músicos, los vestidores, los peluqueros, los técnicos, los armadores, etc… increíble lo que hemos vivido.
- ¿Hay alguna anécdota recordable?
- ¡Hay tantas! Pero lo más importante es la experiencia compartida. Cierro los ojos y veo a mis hijos de uno y tres años tirándome del pantalón apenas terminaba de dirigir, metidos entre el elenco, asustados por los maquillajes y el monstruo del final. Mis padres, los de Pepe, Tito y Ernestina Lectoure en la fila 14 siempre ayudando y cuidando cada detalle en el Luna Park (N. de la R.: la obra volverá a ese escenario en agosto y septiembre, en su última tanda porteña de funciones). Vivimos algo inimaginable. Superó y supera siempre toda expectativa. El fenómeno Drácula lo creó el público, la gente.
- ¿Qué te ha dado a vos, qué significa este cierre?
- “Drácula” hizo que se conociera mi música a nivel popular. Yo no pensé en hacer un hit. El hit salió de las necesidades de la obra. Por eso estoy mucho más contento. Saber que la gente se casa con el vals o que se usa en los cumpleaños de 15 es fantástico.
- ¿Qué proyectos se vienen?
- Estoy haciendo un concierto con Paramount como asociado, la música de las mejores películas en una sola noche. Me gusta mucho hacer este show concierto por la calidad de la música. Hablar de John Williams, Jerry Goldsmith, Alan Silvestri, Giorgio Moroder, Nino Rota, Ennio Morricone es hablar de los mejores músicos de este siglo. Me gusta mucho que la gente disfrute de la buena música con orquestas sinfónicas y con un alto nivel de virtuosismo.
La historia y el presente
El elenco
Juan Rodó vuelve a encabezar “Drácula”, como en su estreno en 1991. Para la función de esta noche estará acompañado por Flor Regina como Mina, Mariano Taccagni como Jonathan, Luz Despósito como Lucy, Adriana Rolla como Nani y Gastón Avendaño como Van Helsing. En el resto del elenco figuran Andrea Mango, Anabel Correa, Bianca Zunino, Luis Blanco, Facundo Miranda y Damián Iglesias, entre otros.
Los premios
“Drácula” fue consagrada con numerosos premios de la ACE (Asociación de Cronistas del Espectáculo), Prensario y Estrella de Mar (en 1993 y 2023, con un total acumulado de 15 estatuillas), en rubros como comedia musical, actuaciones, vestuario, dirección, música original y otros. La obra tiene su propio grupo de seguidores en Facebook: https://www.facebook.com/groups/grupo.fans.dracula.musical.
Sin guión
En 1991, Pepe Cibrián Campoy estaba en problemas, según reconoció en notas periodísticas. Venía de una mala experiencia en cuanto resultados (“Las dulces niñas”) y casi quebrado llamó a Tito Lectoure, el dueño del Luna Park, para que lo ayude con algún proyecto. A día siguiente, el empresario le preguntó que tenía en mente, y el director le propuso un inexistente “Drácula”, del cual no tenía guión ni idea cerrada (fue construyéndose entre las audiciones para definir el elenco). Entonces Tito le ofreció su espacio desde el 29 de agosto y por 40 fechas. Así comenzó una historia exitosa.
Larga relación
La dupla creativa de Cibrián Campoy y Ángel Mahler comenzó años antes de este musical y continuó bastante después. Sus inicios (“Calígula” en 1983, seguido de “George Sand”, “Los Borgia” y “Cleopatra”, entre otros) les permitieron conocerse hasta que para la obra del vampiro enamorado se sumó Tito Lectoure como productor y todo explotó. Siguieron como dúo haciendo, por ejemplo, “Las mil y una noches”, “Otelo”, “El jorobado de París”, “Dorian Gray”, “Mireya, un musical de tango” y “El fantasma de Canterville”, hasta que el vínculo se rompió en abril de 2016.
Reconciliación
Cecilia Milone (no será parte del elenco en la función de esta noche) fue clave para la reconciliación entre los creadores. Su pelea impidió el regreso de la obra en 2021, como se pretendía para celebrar los 30 años, pero sí fue posible al año siguiente para encarar el final del proyecto que los unió.