Crece la oferta de alquileres temporarios, pero hay preocupación por su implementación

La modalidad aumenta y el descontento de los inquilinos en los edificios también. Medidas existentes y nuevas normas para controlar.

Crece la oferta de alquileres temporarios, pero hay preocupación por su implementación

En el Marketplace de Facebook se pueden conseguir entre los $6.000 y los $11.000 la noche. En plataformas como Booking el precio sube a los $13.000, y en Airbnb pueden encontrarse ofertas de hasta U$S 40. Sea la plataforma que sea, las opciones son muchas. La de los alquileres temprorarios es una tendencia que ha crecido sin parar en los últimos años, pero, ahora, representa un gran problema para los inquilinos: la presencia de extraños, los robos, los daños y otros peligros preocupan a residentes.

En el edificio de Gladys Mendoza las cosas comenzaron a complicarse hace unos meses. De repente, las puertas quedaban abiertas, a los ascensores se les activaba la ventilación y los espacios comunes estaban en malas condiciones. El ruido, en tanto, comenzó a ser un problema. “Todos aludíamos a que era gente que no se hacía cargo de sus invitados. Hartos, recurrimos a las cámaras de seguridad de los días en que se registraron algunos hechos puntuales, y se veía gente desconocida que entraba al edificio. Nunca era la misma gente, y a veces se los veía con valijas, como para quedarse un fin de semana. Se empezó a investigar y se descubrió que había un departamento en el que no vivía nadie -relató la propietaria a LA GACETA-; él dijo que prestaba el departamento a gente los fines de semana. Finalmente decidimos hablar con el consorcio y ahí este hombre dijo que, efectivamente, hacía alquiler temporario de su departamento por Airbnb, y a conocidos de forma informal”.

Esa es una historia leve. Pero también hay otras complicadas. Hace un tiempo, en un edificio ubicado en San Lorenzo al 900, un hombre murió al caer de un 5° piso. El fallecido y otra mujer habían alquilado allí un apartamento de forma temporaria, aparentemente para pasar unos días en Tucumán. Más tarde se supo que ambos integraban una banda que se dedicaba a robar dólares a personas interesadas en comprar inmuebles. Según indicaron las primeras investigaciones, la modalidad de los delincuentes era la de rentar apartamentos con documentación falsa, para ponerlos en venta y citar a las víctimas. El hombre falleció en un forcejeo al intentar cumplir con el ilícito.

Problemática amplia

Las facilidades para alquilar, la falta de normas por parte de los consorcios y la alta rentabilidad hacen que los alquileres temporarios sean un negocio redondo. “Como no está regulado, cada uno hace lo que quiere. Y ahí surge la problemática, porque han convertido los edificios en hoteles”, dijo tajante a LG Play Susana Quiroga, presidenta de la Cámara de Administradores de Consorcios y Propiedades de Tucumán (Cacpt).

“Eso ha cambiado el normal funcionamiento de lo que es el consorcio y del fin para el que estaban destinadas las unidades para ser viviendas. Cada día amanecemos con gente extraña -resaltó-; el propietario dirá que es dueño de hacer con su propiedad lo que quiera, pero cada propiedad está dentro de un edificio, que se rige por un reglamento que determina el fin último de la unidad pero con esta nueva modalidad. Ante la cantidad de gente que alquila, porque es más rentable, lo que pasa es que lo que no está prohibido, está permitido”.

La gran pregunta -indicó Quiroga- es quién se hace cargo de la situación. “Cuando le decís al propietario ‘¿vos sabés algo?’, él te dice ‘me lo maneja la inmobiliaria’. Vas a la inmobiliaria a preguntar si te pueden decir a quién se alquila y te dicen que no, porque es una propiedad privada... Entramos en un ciclo de dimes y diretes que es bastante confuso. ¿Quienes son los que pagan los platos rotos? Los que viven en el edificio, con los riesgos que tienen. Hemos tenido y estamos teniendo muchos robos; tenemos la problemática y denuncias, por ejemplo, no solo como alquileres temporarios sino como como hoteles alojamiento, por hora. Estamos mal como sociedad porque no estamos respetando las normas”.

En el país recién están comenzando a tomarse medidas para regular este sistema. En marzo, Ana Maria Ianni, senadora y vicepresidenta de la Comisión de Turismo de la Cámara Alta, presentó un proyecto de ley para crear un registro nacional de alquileres temporarios. Según planteó, la idea es que “todos los rentistas que pretendan comercializar viviendas para alquileres turísticos deberán registrarse y ser autorizados en el ámbito del Ministerio de Turismo de Nación”. Todavía no ha sido tratado el proyecto. Sí existe en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la ley 6.255, que regula y administra los alquileres en la Capital Federal.

Otro sector perjudicado

La oferta de alquileres temporarios también daña al sector hotelero. “Hay tres cuestiones: empleo, seguridad y encarecimiento de los alquileres -explicó Héctor Viñuales, titular de la Cámara de Turismo de Tucumán-; es una actividad informal, no legal, y tiene varias implicancias. Genera lo que se conoce como competencia desleal dentro de nuestro sector; la hotelería tenemos empleados, con los costos que significan: gastos importantes de cargas tributarias, seguros, habilitación del Ente de Turismo, de la Municipalidad... todo eso significa una garantía de seguridad para el turista y para nosotros. Si no están habilitados, claramente no pueden funcionar. Después, hay cuestiones más profundas: este tipo de alquileres transitorios generan un aumento en los precios de los departamentos en la ciudad, y expulsan a mediano plazo al habitante de la ciudad a otro entorno. Es algo que ya ha pasado en ciudades como Barcelona, Madrid o Valencia, y sin duda eso se va a generar acá”.

La única solución no es crear un registro, como se propone. “Más allá de eso, tenés la problemática de la seguridad; y hay que ser cuidadosos, porque en otros lugares del mundo ya se han desatado una serie de problemáticas de robos en estos Airbnb. Es un problema mucho más complejo y que haya una cantidad profusa de este tipo de alquileres va a generar el cierre de actividades que son legales y que tienen una gran cantidad de empleo formal”, alerta.

Según indicó el experto, en Tucumán ya se está trabajando en búsqueda de soluciones. Se sigue la línea de lo que están haciendo otros lugares: en 2022 se prohibieron en Nueva York; en Florencia se vetó el uso de propiedades residenciales para alquileres cortos en el centro histórico; y en Portugal se prohibieron nuevos alquileres turísticos.

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