01 Agosto 2023

Hasta el día de la fecha estuve esperando algún comentario o análisis político respecto a las elecciones para la Intendencia de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, en las que resultó electa la Dra. Rossana Chahla. Desde el mismo día, terminado el acto eleccionario y comenzado el escrutinio provisorio se lo vio al Sr. Alfaro, Intendente actual, realizando todo tipo de quejas y presentaciones en La Junta Electoral y la Justicia Provincial, incluyendo su irrupción (junto al candidato a gobernador de su espacio político) en la tarde noche del 11 de junio, al Centro de Cómputos al solo fin de denunciar “fraude”, en el conteo de votos en especial en la Capital. Una vez concluido todo el proceso con el escrutinio definitivo, el cual confirmó que la intendenta electa de la Ciudad de San Miguel De Tucumán es la Dra. Rossana Chahla, el Sr. Alfaro continuó con sus quejas realizando notas en los medios, alguna bastante destacada como la publicada por su diario (LA GACETA), con el mismo tema, insistiendo sobre “irregularidades” en actas de las mesas de los votos de capital y en particular en el rubro Intendente. Lo que llama mi atención es que el mencionado Sr. no era candidato a intendente por la ciudad de San Miguel de Tucumán, sino su Sra. esposa, la senadora nacional Beatriz Ávila, quien no hizo declaración alguna al respecto de quejas ni reconocimientos; sólo al que se lo escucha y lee es a su marido. Lo que realmente sorprende es el silencio de la verdadera candidata, dando a pensar cuál hubiera sido su desenvolvimiento en el cargo si ella hubiera sido la elegida; seguramente “ocuparía el sillón” y su marido la reemplazaría en el Senado de la Nación desde donde “asesoraría” a su esposa en lo referente al funcionamiento de la intendencia. De todo lo señalado precedentemente nadie habla ni escribe y menos aún lo analiza, incluso desde el punto de vista del género.

Ángel Salvador Logusso 

alogusso@hotmail.com

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios