Cecilia Ce: una noche dedicada al sexo sin vergüenza y con humor

La sexóloga argentina llega hoy a Tucumán para ofrecer su show “Beer & Sex Night” en el teatro Mercedes Sosa. Con un lenguaje descontracturado, llegó la hora de hablar sobre sexualidad y prestar atención a los vínculos.

Cecilia Ce: una noche dedicada al sexo sin vergüenza y con humor

Si Cecilia Ce (@lic.ceciliace) tuviera un altar al cual rendirle culto (porque, la verdad sea dicha, a varias nos abrió los ojos para llegar al cielo de los orgasmos y el sexo consentido y con sentido) puede que aparezca su figura con ropa casual y una vulva didáctica en la mano, esa que va de acá para allá en sus giras.

Con más de un millón de seguidores en sus redes sociales, la sexóloga tiene su propia misión en el universo digital: compartir contenido científico y consejos sobre sexualidad que permitan replantearnos lo bueno y lo malo que pasa en la cama (y nuestra vida íntima).

La sexfluencer y psicóloga se presentará hoy, a las 21, en el teatro Mercedes Sosa (San Martín 479) con su show “Beer & Sex Night”. El espectáculo combina el sexo con la ciencia y el humor para romper con nuestros tabúes y -de paso- llevarnos a casa alguna lecciones sobre anatomía, orgasmos o posiciones para poner en práctica.

Charlemos sobre el placer

Previo al evento, LA GACETA charló con Cecilia Ce sobre sus mantras, los dramas postmodernos que atravesamos en las relaciones, los avances de género y, obvio, sobre sexo.

- En muchos de los posteos que hacés en Instagram aparece la noción de “vinculear”, para mimetizarnos un poco con tu pensamiento ¿qué implica este concepto?

- Vinculear es una palabra inventada en los shows y que tiene que ver con el espíritu de los encuentros. Surgió en el escenario de manera improvisada para nombrar las nuevas modalidades de sexo casual: aunque sean encuentros informales, no dejan de ser espacios para conectar también con lo emocional. En estos encuentros podemos buscar la responsabilidad sexoafectiva, ser respetuosos con el otro pese a que sea algo pasajero. El vinculeo forma parte de una sexualidad libre en la cual dejamos de objetivar o tratar al otro como una cosa para devolverles su lugar; y darle a los encuentros la emocionalidad que merecen.

- Acabas de mencionar la carta de la responsabilidad afectiva, esta frase se volvió popular porque la gente la usa para marcar el “escenario aspiracional” de cómo deberían ser las relaciones. Ahora, aunque seamos atentos y sinceros con nuestra pareja nada nos asegura recibir lo mismo a cambio. Por ejemplo, porque el otro no quiere, no puede o desconoce cómo amar y/o tener relaciones con responsabilidad. ¿Qué opinás sobre el tema?, ¿en qué punto del debate te posicionás?

- Debemos prestar atención al contexto de las cosas, actualmente existe una crisis en los vínculos, producto de la manera en que consumimos y nos relacionamos. La tecnología nos da la falsa idea de que vivimos hiperconectados, que todos estamos bien con todos, pero en realidad los vínculos se vuelven demasiado pesados; atravesamos una sobreabundancia de conexiones. Hay quienes chatean con 50 personas a la vez y -a pesar de eso- no generan ni sienten nada; son incapaces de reconocer lo que quieren, lo que pretenden de sí mismos o el otro. Se volvió tan difícil tener un momento de silencio e introspección para descubrir lo auténtico. Sin embargo, esto no pasa solo en la sexualidad, también pasa en el trabajo, los grupos de amigos… Uno de los mayores problemas que atravesamos en el presente es la falta de herramientas conductuales para saber cómo comunicarnos sin ofender ni complacer.

- Además somos parte de una época más “liberal” en lo que respecta a la sexualidad, cito: con las parejas abiertas, el poliamor, el sexting, etcétera. ¿Esto tiene su costado negativo? ¿La libertad se junta con la soledad?

- La libertad -en el sentido de con quién me meto en la cama- no depende de la religión, una clase social o la economía; ese discurso programado ya no está, pero lo terrible de esto es que ahora pasa por nuestra decisión, depende de cada uno y hay que hacernos cargo de cada acción y consecuencia. Es difícil saber cómo elegir bien, entender qué quiero y qué no. En contraposición, hay una sobreabundancia de opciones que complican aún más la decisión. Al final los vínculos caen en una cuestión de mercado. En las apps de citas hay millones de usuarios con los cuales conectar y se genera la idea de que puede venir algo mejor, de que va a salir pronto un modelo nuevo y mejorado. De la mano, aparece también el descarte. La verdad es que no sabemos cómo tolerar la frustración ni cómo conocer a alguien aceptando lo que no nos gusta. La pareja tiene que venir perfecta y sernos funcional porque sino directamente se acabó y que venga el próximo.

- Diversos académicos afirman que estamos inmersos en una sociedad hipersexualizada; a mi se me viene a la mente la frase de Oscar Wilde “todo en la vida trata de sexo, menos el sexo (…)”, ¿esto suma o resta a la causa?

- Lo positivo que trajo las revoluciones encaradas por el feminismo es la posibilidad de tener al alcance más información y educación para prevenir problemáticas como las disfunciones sexuales, la violencia de género, los embarazos no deseados. A la vez estamos en presencia de un fuerte bombardeo del porno y de datos que crearon un nuevo modo de normalizar la sexualidad, apareció el “cómo”. Pasamos de la prohibición al mandato, hoy la sexualidad es sinónimo de desempeño y entonces hay quienes lo hacen “bien” o “mal”. El resultado es ver a chicos de 20 con disfunciones o que consultan en terapia cómo hacer para tener una erección con alguien que no les gusta, porque no saben o temen rechazar un acercamiento.

- Cada tanto subís en las redes sociales algunos testimonios de tus seguidores, con tópicos e inseguridades que se repiten constantemente. ¿Qué mensaje le das a ese público que sufre en vez de disfrutar del sexo?

- Dentro del espacio terapéutico, el gran drama de la sexualidad pasa por creer que “estoy rota/o”. No estamos dañados, lo que ocurre es que no me pasa lo que me dijeron, vi o escuché. El gran desafío es poder aceptar lo propio, entender que aunque sea diferente no está mal.

- Con esta vibra de mujeres que defienden y exigen su placer sexual, me pasó de oír a algunos hombres heterosexuales afirmar que se sienten inseguros, sin saber qué hacer o cómo comportarte para no causar incomodidad, acabar en una pelea o ser tildados de machistas. En lugar de mostrar apoyo y adaptarse, ¿qué está pasando?

- No es fácil perder un privilegio, cuando se te mueve la estantería estamos en un problema cuya solución es educar, aprender y tener un mensaje claro para no generar más violencia. Lo cierto es que también hay varones que no pueden hablar de un montón de cosas que les pasan y son todavía tabú. Por ejemplo, no se animan a decir cuando se lastiman el pene ni de cómo buscan alternativas para agrandar su miembro con prácticas sin fundamento científico. Eso es un reflejo del patriarcado y de la violencia sobre el cuerpo y la sexualidad en general.

Cecilia Ce: una noche dedicada al sexo sin vergüenza y con humor

Sus libros...

“Sexo ATR” (Editorial Planeta, 2019).

“Carnaval toda la vida” (Editorial Planeta, 2020).

“Vinculear” (Editorial Planeta, 2022).

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