La paralización de obras públicas – o bien la “neutralización”, como se llama en algunos casos la demora en los trabajos- ha dado lugar a distintas inquietudes. En algunos casos, como en el de la comunidad de La Madrid, que se encuentra urgida por el temor de que haya lluvias intensas en esta primavera y este verano, significa una probabilidad cierta de que vaya a inundarse. Allí está latente el recuerdo de la tremenda inundación de 2017, cuando gran parte de la población quedó bajo las aguas y hubo unos 8.000 damnificados. En otros, casos, como el de las comunidades del Valle Calchaquí, la paralización de las obras en la ruta 307 entre El Infiernillo y la ruta 40 significa una nueva espera para comunidades que apuestan a mejoras en el desarrollo turístico, y la continuación de las incomodidades y los riesgos que significa transitar en una carretera con muchos sectores destruidos y sin señales pavimentales.
A propósito de las obras en La Madrid, los informes han sido confusos. Los trabajos se planearon luego de los estudios realizados después de la catástrofe de 2017 y bajo las declamadas intenciones de las autoridades de la Provincia y de la Nación de que se llevarían a cabo las medidas conducentes a evitar la repetición de esta emergencia. Hace pocos meses los vecinos advirtieron que la adjudicación de la obra del “escudo protector” estaba paralizada y hace pocos días las autoridades reconocieron que se había aconsejado hacer un nuevo llamado para una contratación directa previo cotejo de precios, que el dinero de la Nación destinado para la licitación que se cayó había sido resignado para otra cosa y que esos terraplenes no se construirían antes de este verano.
En el caso de la ruta 307, las tareas comenzadas el año pasado en dos tramos quedaron “neutralizadas” , según el director de Vialidad. “Las obras ya deberían haber terminado, pero estamos con un cuadro de modificación que tiene que aprobar Vialidad Nacional. Los trabajos están neutralizados desde junio y hasta septiembre incluido”. No obstante, un legislador de la oposición dijo que esa “neutralización” implica que se han parado obras porque se deben pagos de certificados de cuatro meses. En reunión de funcionarios y empresarios de la construcción ayer se dijo que hay cierta desaceleración en algunas obras pero que nada se ha parado.
Se comprende que la virulencia de la inflación ha alterado los esquemas de funcionamiento administrativo –de hecho, se cambió hace meses la forma de pago de obras para darle celeridad- pero no están claros estos atrasos sustanciales y mucho más las inexplicables parálisis como la de la ruta 307 sobre trabajos que tendrían que estar concluidos. Las trabas deberían haber sido resueltas en su momento y para ello la administración deberían tener equipos para analizar y solucionar problemas, sobre todo en los momentos en que había fondos a disposición. Y cuando estos se retrasaron, para saber cómo actuar para resolver esas carencias. De otro modo, se hacen anuncios que después terminan siendo incumplidos.