Un estudio reveló cómo debés comer para tener más años de vida

Reducir los riesgos de una muerte prematura siempre fue una de las prioridades de las personas.

Un estudio reveló cómo debés comer para tener más años de vida
02 Septiembre 2023

Tener una dieta saludable siempre es beneficioso para la salud. Según un nuevo estudio, se puede reducir el riesgo de muerte prematura en un 20% siguiendo una serie de patrones de alimentación donde predominan las frutas, verduras, cereales y legumbres. Los resultados arrojaron una menor probabilidad de morir de cáncer, enfermedades cardiovasculares, respiratorias y neurodegenerativas.

Los resultados del estudio se publicaron en la revista académica JAMA Internal Medicine. “Hay más de una forma de comer bien y obtener beneficios para la salud que ello conlleva”, explicó el Dr. David Katz, especialista en medicina del estilo de vida quien no participó en el estudio.

Frank Hu, catedrático de Nutrición y director del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, opinó que la gente suele aburrirse con un solo modo de comer. “Significa que tenemos mucha flexibilidad a la hora de crear nuestras propias pautas alimentarias saludables, que pueden adaptarse a las preferencias en alimentos, los estados de salud y las culturas de cada persona”, explicó.

"Por ejemplo, si se sigue una dieta mediterránea saludable y al cabo de unos meses se quiere probar algo distinto, se puede pasar a una dieta DASH (Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión) o a una dieta semivegetariana”, comenta Hu.

¿Cuáles son los patrones alimenticios que siguieron los participantes del estudio?

El estudio se centró en los habitos alimenticios de 75.000 mujeres participantes en el Nurses' Health Study y de más de 44.000 hombres en el Health Professionals Follow-up Study durante 36 años. Ninguno de ellos padecía enfermedades cardiovasculares y pocos eran fumadores. Así, los científicos puntuaron a los participantes según el grado de seguimiento de cuatro estilos de alimentación saludable que están en sintonía con las directrices dietéticas estadounidenses.

Uno de ellos es la dieta mediterránea, caracterizada por su alto consumo de frutas, verduras, cereales integrales, frutos secos, legumbres, pescados y una gran cantidad de aceite de oliva. Este patrón dietético hace hincapié en las grasas saludables, especialmente las monoinsaturadas, además de los alimentos de origen vegetal y el consumo moderado de alcohol", indicó Hu.

La siguiente fue la dieta vegetal saludable. La misma se enfoca en comer más producto vegetales, pero da puntos negativos a todos los productos animales y al consumo de cualquier tipo de alcohol. "Incluso desaconseja opciones relativamente sanas, como el pescado o algunos productos lácteos", dice Hu.

"Así que se puede imaginar que los vegetarianos están probablemente en el extremo superior de esta puntuación de la dieta", dijo. “Las personas que comen una gran cantidad de productos de origen animal o carbohidratos altamente procesados estarían en el extremo inferior de esta puntuación", agregó.

En relación a los resultados del análisis, existen dos índices. El primero es el indicador de Alimentación Saludable que analiza si las personas siguen las directrices nutricionales básicas de EE.UU. Hace hincapié en el consumo de vegetales, desaprueban la carne roja y desaconsejan el consumo de azúcar añadido y alcohol.

El Índice Alterno de Alimentación Saludable se desarrolló en Harvard. "Incluimos explícitamente los frutos secos, las semillas, los cereales integrales y un menor consumo de carnes rojas y procesadas y de bebidas azucaradas", dijo Hu. “Se permite un consumo moderado de alcohol”, añadió.

Los resultados del estudio

Luego de puntuar el patrón alimentario de cada persona, se dividió a los participantes en cinco grupos dependiendo de su adhesión a uno o más patrones alimenticios. "El quintil más alto de calidad de la dieta, en comparación con el más bajo, se asoció con una reducción aproximada del 20% de la mortalidad por cualquier causa", afirma Katz.

Estos mismos reducían su riesgo de morir de enfermedades cardiovasculares entre un 6% y un 13% y de morir de cáncer entre un 7% y un 18%. El riesgo de muerte por enfermedades neurodegenerativas, como la demencia, se redujo hasta un 7%.

"La reducción de la mortalidad por enfermedades respiratorias fue en realidad mucho mayor, reduciendo el riesgo entre un 35% y un 46%", dijo Hu.

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