Tragedia camino a Raco: “Quise auxiliar a mi hijo y este chico no me dio tiempo”

Prisión preventiva por 30 días para el conductor de la camioneta que causó el accidente en el que murieron tres personas.

ELIGIÓ EL SILENCIO. Gonzalo Francisco Lizárraga (24 años) se abstuvo de declarar. Fue imputado por causar tres muertes en un accidente de tránsito. ELIGIÓ EL SILENCIO. Gonzalo Francisco Lizárraga (24 años) se abstuvo de declarar. Fue imputado por causar tres muertes en un accidente de tránsito.

“Por consejo de mi abogado y por la falta de pruebas que hay hasta el momento, no prestaré declaración hoy”, sintetizó Gonzalo Francisco Lizárraga (de 24 años), el conductor que fue imputado por la muerte de tres personas en un choque múltiple registrado el sábado en Raco. La calificación legal fue la de homicidio culposo agravado por la conducción imprudente, por la multiplicidad de víctimas y por darse a la fuga, en concurso con lesiones culposas a una cuarta víctima. Además, el juez Sebastián Mardiza aceptó el pedido de los acusadores y le dictó al imputado la prisión preventiva por 30 días.

El hecho fue descripto de la siguiente manera: el sábado a las 5.30, Carlos Lencina (41 años) conducía una moto Yamaha YBR, llevando a su hijo Facundo (9) por ruta 341 cuando Mauricio Pereyra (32), quien manejaba un auto Fiat Palio en el mismo sentido, tomó una maniobra negligente y chocó de atrás a la moto, arrastrándola por casi 50 metros y provocando que Carlos y Facundo cayeran y quedaran tendidos en el pavimento. Inmediatamente arribaron al lugar del hecho a bordo de otra moto la madre del menor, Carla Fernández (28) y su hijastra. Mientras procedían a ayudar a los accidentados fue que Lizárraga, quien conducía a gran velocidad una camioneta Toyota Hilux (también en el mismo sentido), producto de una acción imprudente omitió las señales que le hacían para que frenara y terminó embistiendo a Carlos Lencina, Facundo Lencina, Mauricio Pereyra y a Carla Fernández, para luego darse a la fuga. Sólo la mujer sobrevivió a la embestida, que tuvo lugar a la altura del kilómetro 14 de esa ruta.

Carla Fernández fue trasladada al hospital Padilla debido a politraumatismos y a un fuerte golpe en la cabeza. En la audiencia de ayer la sobreviviente habló luego de escuchar todos los argumentos. Le respondió a la defensa que había mencionado que su marido y Pereyra habían dado positivo a la pericia de alcohol en sangre. “Fuimos al festival de Ticucho y ahí estaba Lizárraga tomando con mi esposo. Es cierto que mi marido había tomado; ¡pero él también! Por eso se fugó, para que no le hicieran la prueba de alcoholemia”, señaló Fernández mientras lloraba. Luego agregó: “fue él quien mató a mi hijo y a mi esposo, yo llegué al lugar y quise auxiliarlos porque estaban con vida y este chico no me dio tiempo a nada, se los llevó puestos y a mí no me mató de milagro, pero me dejó con lesiones por todas partes por los metros que me arrastró”.

Testimonios

El auxiliar Rogelio Rodríguez del Busto, siguiendo las instrucciones del fiscal de Atentados contra las Personas, Diego Hevia, presentó el caso en la audiencia y explicó que contaban con los testimonios de personas que pasaban por el lugar a esa hora y que intentaron ayudar a los heridos luego de ver el choque del Palio con las motos.

Un hombre declaró que había frenado su auto para orinar cuando vio -metros más adelante- el primer choque y que algunas personas habían quedado tendidas sobre la ruta. Vio que al momento de la colisión el Palio comenzó a zigzaguear y rozó a otro auto que estaba detenido a un costado de la ruta. “Había una oscuridad absoluta y pensé que tenía que ayudar. Adelanté mi auto por la banquina y lo estacioné dejando la baliza prendida, esa era la única luz que se veía. Cuando bajé vi pasar fuerte a la camioneta; el conductor frenó como a 80 metros más adelante. Le hice señas para que pare, porque había habido un accidente, pero el chofer dio arranque nuevamente y se fue. Cuando me acerqué (a la escena) vi tres cuerpos y me enteré de que la camioneta había chocado a otra persona más”, indicó el testigo. Más tarde, la Policía encontró quemada la camioneta de Lizárraga. Estaba sobre esa ruta, unos metros más adelante. Otro testigo reconstruyó de manera similar el hecho y precisó que la camioneta no chocó al Palio, sino que llegó a esquivarlo. Por lo cual, Pereyra podría haberse bajado del vehículo para auxiliar a los heridos cuando lo atropellaron.

Por otro lado, después de la tragedia Matías Loto se presentó en la comisaría de Raco y confesó que él iba de acompañante en la camioneta que manejaba Lizárraga. Explicó que vio que una luz los encandilaba y que luego sintió un fuerte impacto que los obligó a frenar. “Pensábamos que habíamos chocado a un animal, pero luego escuchamos los gritos y Gonzalo aceleró. ‘¡Nos van a linchar!’, me dijo”, explicó el joven, que agregó que abandonaron la camioneta más adelante y luego perdió de vista a su amigo.

Evadió el dosaje

El auxiliar fiscal hizo hincapié en la actitud de Lizárraga, que se fugó sin brindar asistencia a las víctimas y se mantuvo oculto hasta el mediodía, cuando finalmente decidió entregarse en una comisaría. “Por supuesto que el dosaje de alcohol le dio negativo; no había manera de que más de seis horas después esa pericia pudiera servir”, dijo Rodríguez del Busto, que planteó que desde el inicio de la causa el imputado ya manifestaba intenciones de entorpecer el proceso.

El acusador explicó que deben ubicar a otros testigos y tomarles declaración, además de realizar las pericias accidentológicas que -aclaró- suelen demorar debido a la gran demanda. Por eso pidió 30 días de preventiva para el acusado. El abogado patrocinante de las víctimas, Aníbal Atria, agregó: “Lizárraga es muy conocido en Raco y tiene recursos. Podría obstaculizar concretamente la toma de testimonios si no queda detenido”.

El defensor, Juan Colombres Garmendia, solicitó una medida cautelar más leve y propuso el arresto domiciliario por 15 días para el acusado, más el pago de una caución, pero sin aclarar qué bienes ofrecerían para embargar. Remarcó que en la causa no hay prueba de que su defendido haya estado alcoholizado, pero sí de que Pereyra y Carlos Lencina habían bebido. “Es posible que Pereyra haya causado la muerte de Lencina y de su hijo; además todos coincidieron en decir que el lugar estaba oscuro. Era muy difícil percibir que sobre la ruta había dos heridos y una moto tirada”, argumentó.

Por último, para intentar evitar la detención de su cliente, invocó el caso de la tragedia protagonizada el año pasado por Armando Zarlenga (h), quien atropelló y causó la muerte de dos motociclistas. Recordó que en ese caso se probó que el imputado manejó alcoholizado y que de todas maneras la causa terminó en una condena condicional (a través de un acuerdo). Luego de oír a todos, el juez Mardiza consideró prudente la medida y el plazo solicitado por la Fiscalía, e hizo lugar a la preventiva. La defensa impugnó el fallo.

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