VIAJES
UN PROFESOR SUELTO EN CHINA
SANTIAGO LEGARRE
(Claridad . Buenos Aires)
El libro es el tercero de la saga de viajes que emprendió el autor ya hace siete años con Un profesor suelto en África (2016) y siguió con El safari de la vida (2019).
Como los anteriores, este se lee de un tirón. Y, en algo que a mi modo de ver también es característica del estilo de Santiago Legarre, nos deja con sabor a poco, pero para bien, pues al terminar las preguntas se multiplican a montones. ¿A dónde irá en el próximo viaje Legarre con su amor por la docencia? ¿Volverá a China? ¿O quedó vetado luego de la experiencia que nos cuenta casi al final sobre publicar académicamente allí? ¿Volverá tras sus dichos y llegará a Japón o a Australia?
Aunque no llega al centenar de páginas, el libro dice mucho y, lo que es más importante, muy bien. En cuanto a las formas, el estilo llano y directo explica mucho más que la extensión del libro el hecho que se lea de un tirón. ¿O acaso no nos hemos demorado alguna vez con una brevísima obra escrita en una jeringoza inentendible preciosos minutos de nuestras vidas?
Para un habitual lector de la obra de Legarre como yo, es imposible no comparar este libro con los anteriores. Me llevo la diferencia, pues en este caso la elección estuvo en hacer un relato cronológico en donde las anécdotas, el humor y la perplejidad (para el lector) ocupan gran parte del texto. Por ejemplo, cuando nos transmite su notoria inquietud y, me animo a decir, hasta nerviosismo, al ser severamente interrogado por una estudiante en temas argentinos tan urticantes como el peronismo, Eva Perón y la reforma constitucional de 1949.
Sin embargo, no es un texto superficial, pues está cruzado a cada paso por la visión de un planeta enorme como lo es China desde nuestra cultura ¿occidental y cristiana? Pero además, no defrauda porque sí, es entretenido y, aunque no lo crea, grandes temas de la vida como la amistad, el amor, las elecciones de carrera, el agradecimiento y demás, se cuelan en sus páginas.
Como es un libro de China terminado en el 2021, el coronavirus no podía estar ausente. En Corona, veto y adiós el temido antagonista hace (al fin) su aparición. Obviamente, como el gran villano que impidió el regreso al lejano oriente, pero a la vez, con un gran suspiro (a la distancia) por haberlo evitado de pura casualidad en su última visita. Y para finalizar, en una sección que podría titularse como “sobró optimismo o entusiasmo y faltó prudencia” se detalla cómo un artículo académico del autor se estrella en la maraña de la censura comunista, en pleno siglo XXI.
© LA GACETA
Agustín Eugenio Acuña