La “fecha de clásicos” de la Copa de la Liga había surgido hace un par de torneos atrás como un invento extraordinario en medio de un contexto paupérrimo de nuestro fútbol.
El campeonato argentino de Primera División está lejos de ser un torneo de elite. Por caso, el actual consta de 28 equipos divididos en dos zonas. La temporada había comenzado con la idea de que tres equipos iban a bajar a la Primera Nacional pero, en el medio, los dirigentes decidieron sacar un descenso. El torneo está lleno de arbitrajes polémicos, el VAR no hace otra cosa que sembrar más dudas, los partidos casi no ofrecen buen juego y el público visitante sigue sin poder asistir a los estadios (salvo algunas raras excepciones).
Sin embargo, en medio de esa “ensalada” de inconvenientes, a alguien se le ocurrió que era buena la idea de armar una fecha en la que se cruzasen los rivales de toda la vida. Claro; había un inconveniente: algunos equipos tienen a su verdadero clásico en otra divisional. Por eso, para tratar de equilibrar la balanza emparejaron a algunos equipos por cercanía geográfica (Atlético-Central Córdoba, por ejemplo) o vaya a saber por qué motivo (Barracas Central-Sarmiento, entre los que hay casi 300 kilómetros de diferencia y ningún tipo vínculo).
Lo cierto es que lograron que en un mismo fin de semana los amantes del fútbol puedan disfrutar de enormes cruces a lo largo y a lo ancho de nuestra geografía. Boca-River, Racing-Independiente, Rosario Central-Newell’s, Colón-Unión, Talleres-Belgrano...
Lo que parecía que podía llegar a ser el mismísimo paraíso para cualquier futbolero de ley, terminó transformándose en una jornada que se pareció más a un “bodrio” que a otra cosa.
De los 14 partidos que le dieron forma a la tan esperada fecha de clásicos, nueve terminaron empatados (seis de ellos 0 a 0); sólo hubo tres victorias locales (Rosario Central que venció a Newell’s, Banfield a Lanús y Arsenal a Defensa y Justicia, en un duelo que de clásico tiene poco); y dos visitantes (River ante Boca e Independiente sobre Racing).
Esta jornada fue la que menos “poder de fuego” entregó hasta acá en la Copa de la Liga. Hubo sólo 13 goles en 14 partidos, un promedio de 0,93 por duelo; muy por debajo de la media hasta el momento que es por arriba del 1,5.
Pero claro, los clásicos son partidos aparte en los que el orgullo está por sobre todas las cosas y nadie quiere ser pisoteado por su “enemigo íntimo”. Esos duelos se juegan de manera diferente, con las pulsaciones a mil. Por eso la jornada que finalizó con el empate entre el “decano” y el “ferroviario” fue una de las que mayor número de expulsados entregó en lo que va del torneo. Fueron cinco en total, cifra solamente superada por la de la fecha 2; en la que hubo siete futbolistas que vieron la roja.
Pocos goles, casi nada de buen fútbol, muchos nervios y pierna fuerte. La fecha de clásicos, que aparecía como una perla en medio de la mediocridad, terminó defraudando.