Exámenes psicofísicos a candidatos: suena a estrategia, pero su implementación genera dudas

Un politólogo y dos psicólogos analizan el planteo de Massa, de que los candidatos se sometan a evaluaciones psicológicas y psiquiátricas.

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Si bien no se trata de algo cotidiano, tampoco resulta tan extraño que los políticos manden al psicólogo a sus rivales o les exijan que se sometan a diversos exámenes.

El tema volvió a las primeras planas, merced de un planteo del candidato a presidente por el oficialista Unión por la Patria, Sergio Massa: pidió que expertos de tres universidades nacionales evalúen la condición psicológica y psiquiátrica de los dos postulantes que lleguen al balotaje. “En algún momento, el alcoholismo de un general nos llevó a la guerra (N. de la R.: alude a la decisión de Leopoldo Fortunato Galtieri de ir a Malvinas, en 1982). Ser Presidente requiere de una estabilidad emocional que no te puede llevar a decir cualquier cosa por un voto”, subrayó Massa.

Según Massa, un estudio psicofísico permitiría detectar si la persona sufre de una adicción y si cuenta con equilibrio mental. “Gobernar es cosa seria. Tomás decisiones que involucran a 50 millones de personas. Hay que poner el psicofísico y contárselo a la gente para ver si hay equilibrio mental o no”, insistió. Había formulado estos dichos en el contexto del aconsejamiento de su rival de La Libertad Avanza, Javier Milei, a la ciudadanía, de que saque sus ahorros en plazo fijo y se pasen al dólar. Tras sus dichos, la iniciativa se formalizó mediante un proyecto de ley por parte del diputado massista Ramiro Gutiérrez. El texto presentado busca incorporar un texto al artículo 14 bis del Código Electoral Nacional, que pasaría a constituirse de la siguiente manera: "Todos aquellos ciudadanos que se postulen para ocupar cargos electivos como Presidente y Vicepresidente de la Nación Argentina, deberán haber aprobado un examen oficial de aptitudes psicofísicas previo a asumir sus respectivos cargos".

Se argumenta que la Ley 24.557 de Riesgos del Trabajo "exige en nuestro país estos requisitos para cualquier trabajador, por lo que sería excesivamente razonable exigir los mismos para quienes tienen nada más ni nada menos que la conducción del destino y el futuro de un país entero". Y, además de respaldar la solicitud a través de fundamentos de la Revista de la Asociación Americana de Medicina y una expresión del ex presidente estadounidense Jimmy Carter, se cita al también antiguo mandatario Donald Trump, quien manifestó a su tiempo que "cualquier persona que se postule para el cargo de presidente debe aceptar realizar una Prueba de Competencia Mental completa simultáneamente o antes con el anuncio de que se postula”.

El politólogo y consultor Luis Karamaneff -integrante del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y miembro de la Universidad Nacional de San Martín- considera que Massa buscaba destacar aquella y otras manifestaciones del libertario. “Es una estrategia para poner el foco de la campaña en lo que se señala como la principal característica de Milei, que es su falta de equilibrio emocional. En ese punto, el hecho de si es práctico, si se puede resolver o implementar, y qué pasaría si alguien no pasa el examen, todo eso son estrategias para correr el eje de la discusión y hablar de eso más que una implementación real de una ley de ese estilo”, afirmó.

Señaló, además, que en el mundo no hay antecedentes de este tipo de tests. “Por lo general, un presidente está bastante alejado del promedio de la gente; y eso muchas veces incluye su estabilidad emocional”, explicó Karamaneff.

Medir la conducta

“La evaluación psicológica tiene como objetivos la prevención, la exploración y la detección de riesgos, y de trastornos o disfuncionalidad que puede estar afectando la personalidad. Se utilizan entrevistas, test proyectivos y psicometricos”, precisó el psicólogo Roberto González Marchetti (MP. N° 1.460), presidente de la Federación de Entidades Profesionales Universitarias de Tucumán (Feput), y ex titular del Colegio de Psicólogos.

González Marchetti remarcó que no se puede medir la conducta a futuro de una persona, debido a lo complejo que es el funcionamiento de esta. “Pueden existir inferencias de probabilidad de afrontamiento de cómo resolvería una situación. Pero debido a rasgos de la personalidad, tal probabilidad no es certera. Caso contrario, sería una adivinanza, algo no científico”, dijo.

El presidente de Feput advirtió, además, que no sería ético evaluar a una persona durante una campaña electoral, debido a la peligrosidad que puede implicar el uso posterior que se dé al resultado del test. “En el debate vimos chicanas; usar datos sueltos de un funcionamiento de la personalidad, sin comprender lo global, sería discriminatorio y agresivo; y se estaría invadiendo la privacidad”, afirmó.

Y añadió que entre los requisitos para ser Presidente no figura sortear una evaluación psi, por lo que se debería modificar la legislación. “Quizá lo que más le interesa a la población es que el candidato no sea corrupto y diga la verdad. Y no existen pruebas que den certeza de eso; solo aproximados. En todo caso, sugiero que a partir del momento en que es Presidente la persona se realice evaluaciones periódicas, debido al riesgo de la actividad”, cerró González Marchetti.

Entorno “VICA”

Matías Sánchez es psicólogo sistémico (MP. N° 1.218), especialista en recursos humanos (RRHH). Cuenta con un MBA (siglas en inglés de Master in Business Administration -Maestría en Dirección de Empresas-) y con un Master Practitioner en Programación Neurolingüística (PNL). “El objetivo del examen psicofísico es asegurarse de que la persona sea capaz de cumplir con las demandas y de soportar el estrés del cargo, y que no tenga problemas de salud mental que puedan afectar su desempeño. Pero la decisión de si alguien es idóneo para un cargo generalmente depende de múltiples factores”, precisó el socio gerente de Sánchez Asociados RRHH.

En todo caso, el especialista aludió al entorno VICA. “Se trata de un concepto que se utiliza en la gestión y en la toma de decisiones estratégicas, para describir un mundo caracterizado por la Volatilidad, la Incertidumbre, la Complejidad y la Ambigüedad”, explicó.

Seguidamente, desglosó las partes del concepto VICA. “Volatilidad: los presidentes deben lidiar con situaciones políticas, económicas y sociales que pueden cambiar rápidamente. Crisis, desastres naturales, conflictos internacionales o problemas económicos pueden surgir de manera inesperada y deben ser abordadas de manera efectiva. Incertidumbre: a menudo deben tomar decisiones en ausencia de información completa o en situaciones en constante evolución. La capacidad de tomar decisiones informadas en medio de la incertidumbre es esencial. Complejidad: los problemas que enfrentan los presidentes son cada vez más complejos y multifacéticos. Y Ambigüedad: se refiere a la falta de claridad en la interpretación de eventos y situaciones. Los presidentes deben ser capaces de navegar en un mundo en el que las interpretaciones pueden variar y ser sujetas a disputas”, precisó.

Añadió que para abordar el entorno VICA, los presidentes necesitan desarrollar habilidades de liderazgo, que incluyen la capacidad de tomar decisiones rápidas y efectivas, adaptarse a nuevas circunstancias, mantener la calma en situaciones de crisis y comunicar de manera eficaz. “Los primeros mandatarios enfrentan presiones y están expuestos a múltiples factores estresantes. A medida de que transcurren los años de mandato su salud puede deteriorarse. Vimos que algunos debieron ser internados o se sometieron a cirugías durante su gestión. El estrés se presenta como un asesino silencioso en esta realidad”, alertó Sánchez. En ese contexto, remarcó que el examen psicofísico proporciona una primera imagen. “Pero la presión de liderar un país hace que tal imagen cambie con el tiempo; en gran parte, debido al entorno en el que vivimos, caracterizado, precisamente, por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad”, indicó.

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