INTA: ensayos positivos con cultivos de servicio en Chaco

Permiten achicar tiempos de recupero de materia orgánica y de propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo.

ANÁLISIS. Las pruebas mostraron un aumento en rindes de maíz consociado. ANÁLISIS. Las pruebas mostraron un aumento en rindes de maíz consociado.
14 Octubre 2023

El sudoeste chaqueño se caracteriza por sus suelos limosos, lo que le confiere susceptibilidad a soportar procesos erosivos que favorecen encostramientos y compactaciones. De allí la importancia de generar abundante cobertura. Un equipo de investigación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Las Breñas (Chaco) realizó ensayos para medir el impacto de la combinación de maíz con vicias Brachiarias (ruziziensis y brizantha cv piata).

“Está evaluado que en la región la rotación con gramíneas -entre un 33% y un 50%- permite recuperar la pérdida de materia orgánica -fruto del monocultivo- al cabo de seis a nueve años. Debido a ellos resulta muy importante incorporar gramíneas a las rotaciones de cultivos”, dijo Verónica Sauer, especialista en rotación de cultivos de esa agencia del INTA.

“Sólo agricultura convencional con cultivos de renta no alcanza. Los cultivos de servicios permiten achicar esos tiempos de recupero, tanto de materia orgánica como de las propiedades físicas, químicas y biológicas. A su vez, repercute en los cultivos de renta, como soja y maíz, que dan diferencias de entre 2.500 kg y 5.000 kg por hectárea, respectivamente, comparado con sistemas tradicionales de barbechos químicos largos”, agregó.

Indicó que otra alternativa es incorporar el denominado “Sistema Santa Fe”, que consiste en combinar la siembra de maíz (Zea mays) junto con otras gramíneas, generalmente especies forrajeras. “Los resultados fueron muy favorables, con aumentos de rendimiento del cultivo de maíz consociado, respecto del maíz sembrado de manera tradicional”, precisó. Y dijo que también se registró un incremento de la producción de materia seca sin que se comprometa el consumo de agua: en promedio, 1.000 kg por hectárea en rendimiento de maíz, totalizando un poco más de 5.000 kg más de aportes respecto de sistemas tradicionales.

“Desde 2021 medimos la combinación de maíz con vicias, diferentes especies de Brachiarias, y analizamos la productividad, el aporte de cobertura, el consumo de agua y los parámetros del suelo, como infiltración, densidad aparente, resistencia mecánica a la penetración”, detalló Sauer.

Además, la investigadora no dudó en subrayar que un mayor aporte de cobertura, consecuentemente, permitió incrementar el carbono (C) del suelo, a fin de recuperar los servicios ecosistémicos. “Esta práctica viene a subsanar la imposibilidad de poder sembrar cultivos de servicios cuando las condiciones climáticas y edáficas no acompañan”, sintetizó.

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