Investigan por qué un joven mató a su padre

El crimen se registró en una vivienda rural. Aún no se conocen los motivos del mortal ataque. ¿Posible accidente?

EN PLENA ACTIVIDAD. Personal del ECIF toma nota de los trabajos que realizaron en la localidad de 7 de Abril, en el noreste de la provincia. EN PLENA ACTIVIDAD. Personal del ECIF toma nota de los trabajos que realizaron en la localidad de 7 de Abril, en el noreste de la provincia.
17 Octubre 2023

7 de abril, una localidad ubicada a 190 kilómetros de la capital tucumana, fue escenario de un crimen que movilizó a todo el pueblo. Un hombre de 40 años fue ultimado de un escopetazo en el pecho que habría disparado su propio hijo. El autor del ataque quedó aprehendido y en las próximas horas se definirá su situación procesal, ya que aún no están claras las circunstancias del hecho.

Los investigadores sostuvieron que en la vivienda rural de Ramón Antonio Miranda Romano (40 años) se había realizado una reunión familiar para celebrar el Día de la Madre. La víctima y sus hijos consumieron alcohol durante casi todo el día. Por razones que se tratan de establecer, hubo una discusión entre los participantes. El hijo del fallecido, Lucas (21) ingresó al interior del domicilio y tomó una escopeta. Disparó el arma e hirió mortalmente a su progenitor.

LA ESCENA. El crimen se registró en una vivienda rural. LA ESCENA. El crimen se registró en una vivienda rural.

Los investigadores de Homicidios, que actuaron bajo las órdenes de los comisarios Susana Montero, Daniel Monteros y Jorge Dib, dirigidos por el fiscal Ignacio López Bustos, manejan dos versiones sobre cómo se había registrado el caso. El joven atacó directamente a su padre o quiso atacar a otra persona que podría haber sido un pariente e hirió accidentalmente a su progenitor. Más allá de las discusiones, el acusado se fue del lugar y fue detenido horas después por los efectivos policiales de la zona.

Este es el cuarto caso en el que un hijo ultima a un padre. En abril, Claudio Graneros (24) ultimó a su padre Carlos Graneros (62) en una discusión familiar que se registró en un domicilio de La Cocha. En un primer momento este caso fue catalogado como una parricidio, pero al sumar evidencias, la Justicia determinó que se trató de un homicidio culposo. También ese mes, pero en San Cayetano, Daniel Leiva fue ultimado de varias puñaladas por su hijo, que sigue prófugo. A principios de este mes, Omar Suárez (47), que tiene severos problemas de adicción, mató a golpes a su progenitor Santiago (78).

“A estos casos hay que pensarlos como un síntoma social. Lamentablemente cada vez se están haciendo más frecuente estos fenómenos teniendo en cuenta la multiplicidad de elementos que acá se conjugan”, sostuvo el psicólogo social Emilio Mustafá. “Estamos notando una situación generalizada donde cada vez hay más fragmentación vincular y cada vez hay menos lugares de contención. Notamos que muchos chicos de 14 a 15 años con un alto nivel de violencia, donde muchas veces en el grupo familiar, los padres o los adultos perdieron el lugar de referencia”, añadió en una entrevista con LA GACETA.

El especialista en consumos problemáticos agregó: “los chicos están consumiendo muchos estimulantes, como cocaína o pasta base, que generan tipos de conductas de mayor agresión que se van potenciando con las relaciones vinculares. El grupo familiar a veces no sabe cómo contenerlos y eso genera que los chicos se rebelen más y lleguen a niveles de agresión extremos”.

“Es muy importante no naturalizar sino poder plantear el problema y ponerlo sobre la mesa. Hay muchos casos en las barriadas populares y en las comunidades de la periferia, pero no es algo exclusivo, pasa en todos los sectores de la sociedad”, finalizó Mustafá. (Colaboración periodística: Micaela Pinna Otero)

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